24 octubre 2007

Los nuevos dogmas.

Es curioso como la dictadura de lo políticamente correcto se ha ido implantando entre los "opinadores" públicos hasta el punto de llegar a sacrificar totalmente el más mínimo interés por la verdad o la necesaria sujeción al método científico. La nueva verdad incontestable es el cambio climático. Eso no se discute, la mentalidad progre (¿quién no quiere ser progresista?) ha impuesto contra toda discrepancia la teoría de que a) se está produciendo un cambio climático a pasos agigantados y b) es consecuencia de la acción humana (o de la omisión, según se mire).
Frente a la propaganda que implanta dicho aserto, algunas voces discrepan por varias razones: no hay datos estadísticos suficientes para afirmar que se esté produciendo un cambio climático a nivel global, los que hay no permiten afirmar cuáles son las causas, no se sabe si es un cambio cíclico o no, algunos de los datos eran erróneos (como la Nasa ha reconocido recientemente). Un buen científico reconocerá que la capacidad de predicción y previsión que se tiene no es suficiente para montar la que se ha montado.
Pero, claro, una vez que ciertos grupos de presión se han montado la gran campaña y están ganando dinero con ello (que se lo digan a Al Gore, el gran estafador) ¡cualquiera discrepa!
Una vez introducido un nuevo dogma en la mentalidad politicamente correcta, el periodista y/o opinador público, fustigará al disidente desde su confortable torre saetera. Los ciudadanos gritaremos a pleno pulmón, ¡amen! a todo lo que digan.
Por cierto, y para que conste, yo creo que los grupos de activismo ecologista son necesarios para equilibrar los excesos de una sociedad consumista en grado sumo, yo mismo estoy afiliado a uno de ellos a pesar de no compartir el catastrofismo de su discurso en algunos aspectos. Pero de ahí a creer en todas las teorías apocalípticas que vayan improvisando para mantenerse en primera línea de opinión, hay distancia. Igualmente creo que los políticos hacen mal asumiendo, sin discernimiento científico y crítico, su discurso con tal de buscar nuevos caladeros de votos. La idea de que así darán la impresión a la ciudadanía de que hacen lo necesario por el bienestar de la humanidad, no cuela. No disimulan ni así su voracidad por el poder.
Esto viene a cuento del revuelo montado por el comentario escéptico ante dichas teorías apocalípticas que hizo Mariano Rajoy en días precedentes. Lo menos que puede ser una persona inteligente es escéptico ante ciertas teorías. Huyendo de otros problemas más inmediatos, la prensa políticamente correcta y el partido del gobierno se han tirado como locos a por él. No sé, suena un poquito hipócrita y bastante interesado. Sobre todo porque Rajoy se ha mostrado escéptico y se ha salido del pensamiento correcto, nada más. Aunque esté equivocado en todo lo demás, sólo por eso es digno de admiración.

Actualización: Canalsú, como siempre, borda el comentario y la ilustración. No se lo pierdan.
Segunda actualización: Otro que no lo cree y disiente. Además hay una sentencia de un juez británico sobre el tema (en inglés).

2 comentarios:

  1. Adiós a la religión que oprime y no hace avanzar a la humanidad. Basta de credos trasnochados y aceptemos como única verdad el programa apocalíptico de Al Gore. Amén dice Z después de haberle dado un buen donativo al nuevo profeta para que siga propagando su doctrina. Que desprestigio el de los premios Nobel

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