31 julio 2007

Las batallas cotidianas


Cuida tus Pensamientos...
porque se volverán Palabras.
Cuida tus Palabras...
porque se volverán Actos.
Cuida tus Actos...
porque se harán Costumbre.
Cuida tus Costumbres...
porque forjarán tu Carácter.
Cuida tu Carácter...
porque formará tu Destino, y tu Destino, será tu Vida.
M. GANDHI

En el reciente campamento que hemos tenido en Zufre hemos buscado ambientarlo en la tradición de los antiguos caballeros medievales. Aunque tras su historia hay de todo, quisimos recuperar sus mejores valores y sueños. Cada época ha tenido una utopía en el imaginario colectivo y quizá la época presente adolece de una profunda precariedad en ese sentido. Bueno, análisis aparte, cada noche escuchábamos lo que dimos en llamar las "historias del grial". El grial representa la búsqueda de lo sagrado, de aquello que sólo puede conseguirse con superación, purificación y esfuerzo. Las historias eran relatos tipo parábola que transmitían una gota de sabiduría o de valor para la vida.
Mientras un cielo plagado de estrellas, como diamantes locos que diría Pink Floyd, se cernía sobre nosotros, las palabras iban tejiendo narraciones que desafiaban nuestras mentes y nuestra experiencia. Narraciones cortas pero con esa gota de sabiduría que era menester extraer. En fin, no puedo en tan corto espacio narrar todo lo que supusieron esas historias y la experiencia de conocerlas en tan extraordinario ambiente. Me interesa un fundamental detalle, de fondo todas esas historias nos querían revelar que la principal lucha que tenemos en la vida no es contra los demás, sino que se libra en lo más profundo de nosotros mismos. De ahí las palabras de Ghandi del comienzo.
Si al volver del campamento nos dejamos derrotar de nuevo por la apatía general y la pereza, si nos vuelven a convencer de que no hay vida fuera de la manada que traga ávidamente todo lo consumible que se vaya inventando, si volvemos a creer que no somos más que lo que aparentamos y por eso hay que comprar cosas de marca y tener el coche más hortera y más ruidoso, entonces habremos perdido la batalla. Yacemos derrotados a merced de los buitres que devoran ansiosos lo útil que haya en nosotros para ellos.
Y ahora dime, ¿cuándo te dejaste derrotar?

26 julio 2007

La educación, un punto de vista.


Mientras me hago una opinión más fundamentada sobre la asignatura que se nos avecina, Educación para la Ciudadanía, vaya nombrecito, he encontrado este artículo que aporta un punto de vista interesante y que os pongo a vuestra consideración. A mí me resulta revelador e interesante en líneas generales.

MADRID, 25 Jul. 07 / 10:01 pm (ACI).- En declaraciones al semanario Alba, Inger Enkvist, asesora del ministerio de Educación de Suecia, consideró "cínico" que España copie un modelo psicopedagógico que ha demostrado ya su fracaso. La ausencia del esfuerzo, el déficit de autoridad y la precariedad de los contenidos saldrá muy cara. El contribuyente pagará y los únicos ganadores serán "los psicopedagogos enchufados al presupuesto".

Enkvist lleva décadas estudiando el proceso de decadencia de la escuela pública europea y considera que el deterioro de la educación es causa del "constructivismo", que es un "proceso asumido por la mayoría de los modelos educativos europeos. Se basa en que sólo es verdad aquello que construimos por nosotros mismos, destruyendo de esta manera la tradición y el conocimiento acumulado por generaciones anteriores. El constructivismo enseña que el niño debe de conocer la verdad por sí mismo".

Para la experta, "siempre hace falta que el maestro conduzca al alumno hacia la verdad. Los constructivistas se preocupan mucho del procedimiento de la enseñanza, pero muy poco de los contenidos".

Según Enkvist, "una educación en la que no se prima el esfuerzo sino sólo que los niños estén contentos y se dediquen a jugar y a trabajar en equipo a decir lo que les parece, ha demostrado ya su fracaso. Y eso afianza el poder de los psicopedagogos que han diseñado este sistema educativo y que mantienen una red de intereses creados tejida alrededor de la administración educativa y financiada con dinero público".

"Ese constructivismo genera adolescentes adultos que lo quieren todo para ya. Sí, es una especie de generación del 68 permanente. Pero claro, en la vida casi nada es inmediato, la mayoría de los frutos se producen después de un tiempo de esfuerzo y eso inhabilita de alguna forma para la vida porque se confunde el deseo con la realidad. Ellos terminan creyendo que si quieren que algo sea cierto, la realidad se terminará moldeando a sus deseos", agrega.

Para la experta, "el problema no es de recursos, sino del mismo sistema. Y quizás el sistema funcionaria mejor con menores recursos. En países de Asia, que trabajan con libros mal editados, 50 niños en clase y profesores no bien pagados, están obteniendo unos resultados magníficos".

En este sentido, también repara en el modelo británico porque "decidieron dar un giro y regresar del constructivismo a los contenidos. Y aquella reforma de Thatcher fue continuada e incluso mejorada por Blair, convirtiéndolo en política de Estado no sometida a los vaivenes políticos".

En el caso español, advierte que "una sociedad que no se interesa por el conocimiento, no acepta el esfuerzo, no toma en cuenta la realidad, y sus límites no molestan, sino que es feliz en su estado" por eso, le parece "muy cínico que España adopte estas propuestas cuando la experiencia de casi todos los países europeos es que ha fracasado".

Hablando sobre la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC), en la que según Alba, "el gobierno pretende formar en ideología", Enkvist sostiene que "formar en sistema político, en lo que son los impuestos, la Constitución, las instituciones, es muy bueno para los ciudadanos. Pero evaluar las actitudes de los alumnos sobre lo que les impone esta asignatura, me parece tremendo. ¿Y si alguien no está de acuerdo? Le obligará a ser rebelde o a ser hipócrita".

16 julio 2007

La vuelta.


Volvemos cansados pero contentos. Ayer domingo, retomamos el camino de vuelta a nuestras casas. He de reconocer que este campamento nos ha dado fuerte el calor. Hemos pasado unos días estupendos pero hubiéramos agradecido unos grados menos, eso nos habría facilitado mucho las cosas.
No sé que contar ahora, quizá lo último. Lo más reciente. Ayer, mientras veníamos de vuelta, el sol caía y proyectaba la sombra de las encinas sobre el pastizal. La luz vespertina arrancaba destellos amarillentos, pajizos, dorados del pasto. La brisa de la tarde lo mecía suavemente mientras los últimos rayos del sol parecían derramarse sobre él.
Tengo que reconocer que es uno de los espectáculos que me sobrecogen. Me recordó un momento similar de hace años, exactamente diez. En una tarde de acampada volvíamos de bañarnos del río, la tarde caía y el sol se hundía en el horizonte. Miro hacía el atardecer y por un instante veo esa combinación de luz dorada tras las encinas rodeadas de pasto. Lo fotografíe como queriendo llevarme ese momento de belleza sobrecogedora, de "sentir lo transcendente" como a veces lo llamo. Y no se puede, como puedes imaginar, ese instante es único y sólo puedes disfrutarlo ese momento. Sin embargo hay otros momentos en que lo eterno parece asomarse en fugaces destellos, el desafío es estar alerta a esos instantes, sensible a ellos para poderlos vivir cuando llegan. Ayer viví algunos de esos instantes que se hacen oración de agradecimiento mientras volvía. De hecho, estuve en silencio gran parte del camino, sin más música que el sonido del motor. Bueno y de las notas de las canciones que volvían una y otra vez a mi cabeza... "Flooor de...", "Yo he pasado largas noches...", etc.

04 julio 2007

Un momento "House".


Si no eres aficionado a las series de televisión tal vez no entiendas bien el título de este artículo. Para los que siguen al médico Gregory House en sus avatares de los martes en la cadena Cuatro, seguro que saben a que me refiero sin muchas explicaciones. Para todos los demás, bueno, también para ellos, intentaré explicarme un poco mejor.
Hace un par de artículos expresé mi idea de que lo más pernicioso para la salud intelectual y moral (y física, si me apuran) de una persona es otra persona. A pesar de ello merece la pena intentar cada día cambiar el mundo, empezando por cambiar uno mismo, por hacer acopio de esa energía que viene de la relación con el que es el Amor más grande. Sin esa fuerza que mana de la relación con la transcendencia, el que les escribe habría tirado la toalla y hasta el champú hace bastantes años. Es con todo ello y no puedo evitar los "momentos House".
Bueno, a lo que iba. Se dice de House que es brutalmente sincero, honesto hasta el cinismo y capaz del sarcasmo más inoportuno. Pues a mi me gustaría más de cuatro veces caer en la tentación de ser como él (y sospecho que no me saldría nada mal). En el trato con según que gente que cumple a rajatabla las leyes de la estupidez y manifiestan el efecto Dunning-Kruger, me gustaría, abandonando toda corrección política y mandando a la porra las más elementales leyes de la cortesía, ser brutalmente honesto, terriblemente sincero y llamarles por su nombre. Dicho de otra manera, me gustaría poder llamar imbécil al propietario de tal característica, fariseo idiota al idiota fariseo y una serie de calificativos que me ahorro para no quedar demasiado mal con quienes de mis lectores tengan todavía un buen concepto de mí.
A eso le llamo un "momento House" como pueden imaginar. Me recuerda un chiste de humor negro que contábamos en la adolescencia: "Un niño pregunta a su madre: ¿Por qué los reyes no me traen una bici como a todos los niños? A lo que la madre contesta con resignación: Este niño además de paralítico es gilipollas". Brutal, pero refleja a más de uno que se las da de algo sin conocer su propia nadería.
Ea, he dicho.
Por cierto, voy a estar ausente un par de semanas, no de vacaciones (¿qué es eso?), sino de campamento con niños y jóvenes, espero lo mejor y agradeceré lo que pase. Ya nos veremos más adelante si no puedo conectarme antes.
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