31 octubre 2006

El silencio de los corderos

Hoy he escuchado una de esas noticias que te revuelven las entrañas (entre otras tantas). Un documental danés que demuestra que, en Barcelona, hay una clínica donde se practican abortos de embarazos de hasta siete meses.
Inmediatamente he pensado en unos cuantos sietemesinos que conozco y me ha dado un escalofrío. ¿Qué inasible justificación pueden interponer entre sus exiguas conciencias y el frío asesinato? "Se les inyecta digoxina y así se les induce una parada cardiaca", muerto el feto, sólo será basura hospitalaria. No encuentro las palabras para expresar el horror que sugiere la imagen de miles de niños exterminados antes de nacer porque "atentan contra la salud mental de su madre". La frialdad con que un profesional de la medicina, que ha jurado "no hacer daño" puede provocar la muerte del más indefenso. La absoluta indiferencia con la que esta sociedad tan exquisita (no a la guerra, ¿recuerdan?) consiente tales prácticas como un método para librarse de alguien que les resulta incómodo, inoportuno, molesto (no entro en el conflicto de valores que se produce en caso de violación o peligro real para la madre, este no es el caso).
Cuándo alguien se pone estupendo y comienza a defender lo nuevo, lo progre y lo moderno del aborto, no dejo de recordarle que es más viejo que el mundo, que ya lo practicaban los romanos y que se consideró un acto de barbarie incivilizada. La "Didajé" de los Doce Apóstoles ya lo recogía en el s. I d.C. "No matarás al niño en el vientre de su madre". Pero vamos de nuevo a las cavernas, repudiada la moralidad y entronizado cualquier vicio como virtud (hoy los jóvenes quieren ser "malos", es más divertido, les dicen), está la cuenta atrás en marcha.
Mientras, en silencio, los corderos siguen muriendo y son recibidos en la tierna entraña del Cordero Unigénito. Que Él nos perdone a todos.

26 octubre 2006

Realidad nacional andaluza.

Leo en el Blog de Javier Caraballo: Margalit, el filósofo israelí, definió en una ocasión la nación como «una sociedad que alimenta un embuste sobre los ancestros y comparte un odio común por los vecinos». Para ello, según Margalit, es fundamental promover «memorias falsas» y «el odio a todo aquél que no lo comparte».
El artículo termina preguntándose dónde está el chiste. Y ciertamente refleja el estado de ánimo, o mejor, de estupor en que nos quedamos algunos. Francamente me siento acorralado por estos políticos de Audi y prosopopeya oficial. Interpretes de los deseos escondidos e inexpresados de todos los andaluces, han decidido que lo que necesitamos para salir de este atraso centenario es un nuevo estatuto. Quizá porque las sucesivas "modernizaciones" no acaban de calar, por muchos carteles y cuñas publicitarias que se pongan no nos sentimos más "modernos". Con la ley contra la violencia de género (de género analfabeto, supongo) se iba a acabar. Si la ley lo prohibe y se castiga duramente al infractor, se acabará la infracción. Y no pasó, sino que parece que la cosa va a peor, tal vez no sea ese el camino. De la misma manera si el nuevo estatuto decide que los andaluces somos una realidad nacional y que, además, somos más felices que unas campanillas, todos seremos más felices y más estupendos. Está por ver que decretar el estado de (estupidez) felicidad permanente vaya a servir para cambiar una realidad que es tozuda y que no ha pedido según qué leyes para nada.

23 octubre 2006

El domund...


El pasado 22 de octubre la Iglesia celebró la jornada del "domund" un año más. Pensando un poco en las cosas que uno escucha por ahí, no deja de sorprenderse por la escasez de luces que muestran algunos razonamientos con que la gente más "progre-guay" te asalta.
Yo suelo decir que si los negros de África no mueren de mil en mil, no son noticia. Un sólo norteamericano o europeo en dificultades supone mucho más tiempo en los informativos que los cientos de miles de sudaneses muertos, exiliados, vendidos como esclavos, violados, etc. (por citar sólo un país). Cuando la noticia salta, resulta que allí, en ese lugar remoto donde nadie elegiría trabajar y menos vivir, hay una comunidad misionera de algún tipo. Pues bien, hay gente de la antes mencionada que como crítica "compasiva" (esa que se hace para denostar aparentando equidistancia y buenismo del mejor) alude a que la Iglesia que le llama la atención o en la que "cree" es esa, la de los misioneros y misioneras que dan su vida en esos rincones perdidos del mundo.
Ustedes me van perdonar que me ponga bruto y algo maleducado, pero si me lío matar tontos me quedo solo. Lo digo porque en esos casos, si veo que merece la pena intentarlo, inicio el siguiente razonamiento: ¿Y de dónde han salido esos misioneros que son tan admirables? ¿Quién los educó, preparó y envió allí a realizar esas tareas? ¿Quién es la retaguardia que ayuda y apoya de mil maneras su trabajo? ¿De dónde va a salir el repuesto de su jubilación? Y es que estuvieron sentados en los bancos de mi parroquia, crecieron en mi pueblo, en mi barrio, en mi ciudad. Se educaron en mi colegio, aquí hicieron su primera comunión y aprendieron a orar. Fueron sus muy "tradicionales" familias las que les apoyaron en el esfuerzo por crecer como creyentes comprometidos. Incluso cuando se oponían, les estaban haciendo más fuertes en su vocación. En esta Iglesia, tan denostada hoy, conocieron al Dios de sus vidas, el que les llamó, les comprometió y les envió a ser testigos del amor y la esperanza, a sembrar la confianza que da solidez y sentido a la vida. Si estos templos se quedan vacíos, las misiones como hoy las conocemos desparecerían y todos perderíamos algo importante. Seríamos la nueva tierra de misión. Quizá África, América o Asia sean una inversión a largo plazo para la lanquideciente Europa, tan satisfecha de sí misma, tan buena, tan vacía y tan ciega de lo que le hacer ser y tener identidad.

El cielo según Marge Simpson.

A falta de tiempo para una reflexión más meditada, no puedo menos que compartir este fragmento, una pena que no domine la lengua del imperio para disfrutarlo aún más (yo, como decía Angel Garó, más que entender el inglés, lo "intuyo").



Esto lo he encontrado en Eurabian News.

16 octubre 2006

Diario de un turista ocasional (I).

Viajo poco. Ya me gustaría viajar más, pero las veces que me lo puedo permitir no puedo hacerlo y viceversa. Así que cuando me salió la oportunidad de viajar este puente del Pilar, lo organicé para poder hacerlo. Este es el resultado de mi primer viaje a Italia.
Salimos temprano el primer día, a las 9:30 de la mañana del Aeropuerto de Sevilla en un vuelo de esos de "bajo coste" (low cost, que dirían algunos) de la compañía Ryanair. No estuvo mal, directo a Bérgamo sin complicaciones. Los asientos un poco estrechos para mi gusto, eso sí.
En el aeropuerto de Orio al Serio alquilamos un vehículo, una Fiat Ducato de nueve plazas, con la idea de movernos con cierta libertad, nuestro hotel estaba fuera de Milán y por tanto lejos de las estaciones de autobús o tren. Buscamos la compañía más económica "Localauto", eso se demostró ser un error posteriormente.
Cuando salimos del aeropuerto comienza la aventura. Lo primero es llegar a Milán en la creencia de que así llegaremos al hotel. Uff. No sé como serán otras ciudades similares en Italia, pero Milán está rodeada de un laberinto de carreteras que cruzan los pueblos del extrarradio llevándote de uno a otro a menos que te descuides. Ese fue el primer paso, una ruta de 45 minutos se convirtió en un periplo por los pueblos suburbanos. Al final llegamos a Milán y comenzó el segundo capítulo, dar vueltas y vueltas por la ciudad, todas las calles parecían o llevarnos fuera de nuevo o hacernos dar vueltas y más vueltas sin sacarnos en la dirección correcta. Ah, y sin saber italiano ninguno de nosotros.
Después de dos horas y media dando vueltas por Milán nos decidimos a parar a comer, otro paso más en nuestra aventura. Dados los horarios, a las cuatro o así de la tarde ya estaban los restaurantes cerrados y la cafetería que encontramos sólo tenía bocadillos. Teníamos tanta hambre que nos dio igual. Nos comimos los bocadillos con las generosas cervezas de media pinta que nos pusieron.
Una vez comidos, las cosa iba mejor, porque antes había algún viajero dispuesto a arañar al conductor (que era uno de nosotros, claro está). Después de preguntar a varias personas, fue una amable conductora la que nos condujo hasta la vía Ripamonti que nos permitió salir en la dirección correcta.
Aún nos quedaba tomar la desviación y llegar al hotel, pero antes nuestro conductor nos llevó hasta un enorme geriatrico que estaba en la misma dirección. Cualquier cosa con pinta de hotel ya nos atraía, ni que decir tiene que nos reímos un montón durante todo el trayecto, aunque el que conducía no siempre apreciaba la gracia. En definitiva, llegamos al hotel a las tantas de la tarde y perdimos gran parte del día dando vueltas por Milán inútilmente.
Ese día apenas nos quedó ya tiempo para dar una vuelta por los alrededores del hotel y volver a Milán a cenar. En realidad pensábamos dar una vuelta nocturna por el centro, pero como nos volvimos a perder en la entrada, no nos atrevimos a seguir dando vueltas y nos conformamos con cenar en un restaurante agradable que encontramos por el camino.
Y así terminó el primer día, con pizza y descansando del exceso de kilómetros que nos llevamos por delante.

10 octubre 2006

Leyes de la estupidez humana.

“Tengo la firme convicción, avalada por ańos de observación y experimentación, de que los hombres no son iguales, de que algunos son estúpidos y otros no lo son.” (Carlo Cipolla, autor del libro Allegro, ma non troppo, de donde salen estas leyes.)


LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

  1. La Primera Ley Fundamental: "Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".
  2. La Segunda Ley Fundamental: "La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona".
  3. La Tercera Ley Fundamental: "Una persona estúpida es una persona que causa dańo a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".
  4. La Cuarta Ley Fundamental: "Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error".
  5. La Quinta Ley Fundamental: "La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".
Hay días que el periódico me hace recordar estas leyes. El problema es que van siendo demasiados.

07 octubre 2006

El agente Mcfee.

Esto lo he encontrado en Mangas Verdes y me ha resultado de lo más simpático.

Sectarismos

Hace un par de días hablaba con un miembro del rectorado de la universidad y me comentaba que ante las elecciones que se avecinan, todos los políticos quieren hacerse la foto con el rector y darse su paseo por la universidad (supongo que también prometiendo lo que luego no cumplen). Pero lo anecdótico del asunto es la observación que me hacía esta persona. Por lo visto, de todos los que se han paseado por allí, los que se han molestado porque el rector recibiera a los contrarios... ¿adivinan quienes han sido? Pues sí, el PSOE local, actualmente en la oposición. Por lo visto está muy feo que el rector recibiera al alcalde, actualmente del PP, en vez de sólo a ellos, los buenos de la película. ¿Se puede ser más sectario? (No respondan, ya imagino que sí).
Esta conversación me hizo rememorar mi propia experiencia. Hace unos años, a mediados de los 90, vivía en un pueblo de la sierra. En dicho pueblo gobernaba el PSOE, como en la mayoría, nada extraño. A esas alturas yo aún miraba mejor a dicho partido que al del señor bigotudo que insistía en que se fuera el señor González. Entre las personas con que yo alternaba estaba el alcalde y su cohorte, pero también otras personas de ideología indefinida para mí en aquella época, aunque claramente poco favorables al gobierno local.
Bien, mientras dichas personas no se definieron, no pasó nada. Cuando estas personas se integraron en una lista del PP con opción clara a remover la silla del alcalde, yo, que estaba ajeno a maniobras políticas, caí en desgracia para las autoridades pesoístas ya que mi amistad con los otros los beneficiaba de alguna manera. Creo que he tardado años en superar la estupefacción que me produjo el sectarismo con que se comportaron. Algunos de mis amigos próximos al PSOE local más razonables, el mejor consejo que atinaron a darme fue que "no me metiera en política" (no sé de qué me suena eso). Resultaba extraño la sensación de "clandestinidad" que daba entrar y salir en casa de los nuevos candidatos cuando hasta hacía unos días lo hacía con total naturalidad, igualmente que alguno de ellos viniera a mi casa me daba la tentación de mirar calle arriba y calle abajo a ver si había algún "comisario" observando, jeje.
En resumidas cuentas, la afabilidad inicial de los dirigentes del PSOE local quedó en mera cortesía y murmuración a mis espaldas. Les hubiera gustado zancadillearme en alguna cosa pero no había materia para ello. Ahora es historia, pero una triste historia que habla mal de la madurez democrática de este país o de esta izquierda que ha perdido la ética con la que pretendía cambiar España (aún recuerdo aquel lema del 82: "moralizar la vida pública").
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