29 enero 2008

La prensa.

Cae en mis manos uno de los ejemplares de "El País" que "gratuitamente" (¿quién paga esos ejemplares?) llegan a los institutos andaluces. En la sección "Andalucía" del 24 de enero leo la reseña que un tal Manuel Planelles hace de las orientaciones pastorales de los obispos andaluces de cara a la próxima campaña electoral. Bueno, más que reseña es un artículo rabiosamente crítico en el que no se dice lo que piensan los obispos sino lo que piensa el periodista sobre lo que han dicho. Es decir, no sabemos lo que han dicho pero sí que a Manuel Planelles le parece muy mal, muy feo y que sin decirlo invitan a votar al PP. Es decir, riza el rizo en análisis sectario y juicio de intenciones. Claro, es que ellos saben antes que los obispos lo digan, lo que los obispos quieren decir aunque no lo digan claramente. ¿Me explico?
El artículo lo podía haber escrito cualquier redactor de las consignas de campaña del PSOE y no notaríamos la diferencia, eso es ser periodista sin vergüenza, vamos sin vergüenza de tener una opinión política formada y evidente, transparente en todo momento. Viva el periodismo ecuánime y de información, aunque no conozcamos dónde vive.
Si el artículo apareciera en "Mundo Obrero" o "El Socialista", bueno, qué se puede esperar, pero cierta prensa con pretensiones, convertida en panfleto descarado da cierta grima.
Sobre el particular hay un párrafo que recuerdo y traigo a consideración, lo encontré en "La Huella Digital" y parece adecuado:
«Los periodistas, mala y diabólica ralea, nacida para extender por el mundo la ligereza, la vanidad y el falso saber, para agitar estérilmente y consumir y entontecer a los pueblos, para fomentar la pereza y privar a las gentes del racional y libre uso de sus facultades discursivas, para levantar polvo y servir de escabel a osadas medianías y espíritus de fango, dignos de remover tal cloaca».
Marcelino Menéndez Pelayo.

27 enero 2008

Ofreció su vida al Papa y a la Iglesia.

Ofreció su vida al Papa y a la Iglesia.: "murió con 15 años a causa de una leucemia Ofreció su vida al Papa y a la Iglesia.
En octubre de 2006, Carlo Acutis tenía 15 años de edad y su vida se apagó por una agresiva leucemia. El adolescente, oriundo de Milán, conmovió a familiares y amigos al ofrecer todos los sufrimientos de su enfermedad por la Iglesia y el Papa. Su testimonio de fe, que en algunos años podría valerle el inicio de un proceso de beatificación, sacude en estos días Italia, con la publicación de su biografía. 'Eucaristía. Mi autopista para el cielo. Biografía de Carlo Acutis' es el título del libro escrito por Nicola Gori, uno de los articulistas de L’Osservatore Romano, y publicado por Ediciones San Pablo. Según los editores, Carlo 'era un adolescente de nuestro tiempo, como muchos otros. Se esforzaba en la escuela, entre los amigos, era un gran apasionado de las computadoras. Al mismo tiempo era un gran amigo de Jesucristo, participaba en la Eucaristía a diario y se confiaba a la Virgen María. Muerto a los 15 años por una leucemia fulminante, ofreció su vida por el Papa y la Iglesia. Su vida suscitó profunda admiración en quienes lo conocieron. El libro nace del deseo de contarle a todos su simple e increíble historia humana y profundamente cristiana".

"Mi hijo siendo pequeño, y sobre todo después de su Primera Comunión, nunca faltó a la cita cotidiana con la Santa Misa y el Rosario, seguidos de un momento de Adoración Eucarística", recuerda Antonia Acutis, madre de Carlo.

"Con esta intensa vida espiritual, Carlo ha vivido plena y generosamente sus quince años, dejando en quienes lo conocieron una profunda huella. Era un muchacho experto con las computadoras, leía textos de ingeniería informática y dejaba a todos estupefactos, pero este don lo ponía al servicio del voluntariado y lo utilizaba para ayudar a sus amigos", agrega.

"Su gran generosidad lo hacía interesarse en todos: los extranjeros, los discapacitados, los niños, los mendigos. Estar cerca de Carlo era esta cerca de una fuente de agua fresca", asegura su madre.

Antonia recuerda claramente que "poco antes de morir Carlo ofreció sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia. Ciertamente la heroicidad con la que ha afrontado su enfermedad y su muerte han convencido a muchos que verdaderamente era alguien especial. Cuando el doctor que lo veía le preguntaba si sufría mucho, Carlo contestó: ‘¡Hay gente que sufre mucho más que yo!".

"Fama de santidad"

Francesca Consolini, postuladora para la causa de los santos de la Arquidiócesis de Milán, cree que en el caso de Carlo hay elementos que podrían llevar a la apertura de un proceso de beatificación, cuando se cumplan cinco años de su muerte, como lo pide la Iglesia.

"Su fe, singular en una persona tan joven, era limpia y segura, lo llevaba a ser siempre sincero consigo mismo y los demás. Manifestó una extraordinaria atención hacia el prójimo: era sensible a los problemas y las situaciones de sus amigos, los compañeros, las personas que vivían cerca a él y quienes encontraba día a día", explicó Consolini.

Para la experta, Carlo Acutis "había entendido el verdadero valor de la vida como don de Dios, como esfuerzo, como respuesta a dar al Señor Jesús día a día en simplicidad. Quisiera subrayar que era un muchacho normal, alegre, sereno, sincero, voluntarioso, que amaba la compañía, que gustaba de la amistad".

Carlo "había comprendido el valor del encuentro cotidiano con Jesús en la Eucaristía, y era muy amado y buscado por sus compañeros y amigos por su simpatía y vivacidad", indicó.

"Después de su muerte muchos han sentido la necesidad de escribir un propio recuerdo de él y otros han comentado que van a pedir su intercesión en sus oraciones: esto ha hecho que su figura sea vista con particular interés" y en torno a su recuerdo se está desarrollando lo que se llama "fama de santidad", explicó.

La presentación del libro ha sido redactada por Mons. Michelangelo Tiribilli, Abad General de los Benedictinos del Monte Oliveto, y se incluye el testimonio del sacerdote Gianfranco Poma, el párroco de Carlo."

Esta era la noticia de Periodista Digital, hay otra reseña en Solidaridad.net.
Son noticias que estimulan la esperanza y conmueven por dentro, al menos a mí.

17 enero 2008

El sacramento del cordero.

Hace años leí el libro de Heinrich Böll, Billar a las nueve y media. Tengo que decir que es un libro que deja un regusto amargo y triste, a pesar de mostrar como en medio de la brutalidad más deshumanizada siempre anidó un principio de esperanza y de resistencia al horror más descarnado. Años después de la segunda guerra mundial, tres generaciones de arquitectos se encuentran y sus recuerdos y heridas del pasado, recrean la historia reciente. En un momento de la historia se contrapone el sacramento del búfalo, de los fuertes y poderosos, de los violentos sin conciencia (el nazismo), con el sacramento del cordero, que representa la debilidad, las víctimas que se niegan a ser parte de la violencia institucionalizada del régimen. Los corderos eran arrasados sin piedad por los fuertes. Pero no es mi intención resumir la trama, sólo recomendarte la lectura del libro, es de los mejores y más profundos de su autor con una prosa densa (supongo que en alemán se leerá mejor, pero no sé alemán) y una capacidad de disección de la moralidad y los recuerdos que conmueve.
Todo esto viene a que he leído con cierto espanto: "La reunión ha sido francamente favorable, nos ha atendido de manera cordial y por primera vez un político nos ha dado las gracias por la labor que estamos realizando", publicado en El Mundo de hoy. Y el motivo es la reunión de los representantes de los centros abortistas con el ministro de sanidad.
¿Cuál es la labor que están realizando y que les agradece el ministro? En lo que llevamos desde la despenalización del aborto se han producido sobre el millón de abortos en España. La cifra da escalofríos. Centros para arrancar el feto de las entrañas de su madre. Y se les agradece, así las mujeres pueden decidir si quieren dejar nacer la vida que llevan dentro o destruirla antes que vea la luz. Tremendo, no sé por qué se me vinieron a la mente los campos de concentración donde se exterminaba en plan industrial a judíos y todo tipo de gente incómoda para el régimen nazi. Son los débiles, representados por el sacramento del cordero, de la indefensión frente a los fuertes y los violentos.
Nos tiene que parecer normal, moderno y avanzado. Quien se oponga debe ser un peligroso ultraconservador por ponerse de parte de los niños no nacidos y no querer que su madre sea la que elije entre su vida o su muerte. Tremendo engaño.
Es terrible también este párrafo: "los residuos los recoge una empresa funeraria, en lugar de una compañía incineradora, que acude a los centros abortistas con un furgón fúnebre. "Al menos hemos conseguido que no vengan con féretros [para recoger los residuos], sino con unas cajas pequeñas".
Dicho de otra forma, para acabar de cerrar el círculo de la indignidad, hay que mirar los restos de los abortos como residuos, no como restos humanos, así se les niega totalmente cualquier vestigio de humanidad y es menos dramático para la escasa conciencia que demuestra todo esto. El que vinieran a recogerlos con "féretros" les resultaba chocante...
No soy capaz de seguir, la nausea que da esta gente y su argumentario nublan la razón y el sentimiento.

P.D.: La reseña del libro puedes leerla aquí y más sobre el autor aquí.

10 enero 2008

De fantasmas y otros ectoplasmas.

Y es que las declaraciones del anticlericalismo más rancio y el laicismo más paleto de nuestros políticos no dejan de ser puras fantasmadas impropias de nuestro tiempo. Ciertamente se observa una tendencia en la sociedad occidental a recuperar viejos "tics" antirreligiosos disfrazados de agnosticismo beligerante o ateísmo organizado, pero lo de nuestros políticos es de traca de feria.
Si la Iglesia se manifiesta a favor de algo y en contra de otra cosa, sea esta la que sea, matrimonio, aborto, guerra o pobreza, no deja de ejercer el derecho de manifestar públicamente su creencia como se indica en la constitución española que recoge la declaración de derechos humanos. Pretender que sólo pueden opinar de política los políticos de es un franquismo tan rancio que tumba para atrás.
Luego llega el mentiroso compulsivo, esa boca proferidora de maldades, José Blanco, afirmando majaderías sobre lo que piensa el Papa. Bueno, en vez de mostrar a todo el mundo su indigencia moral e intelectual, debería leer algunos documentos pontificios en vez de hablar para enmerdar. A lo mejor si se informa de algo se calla.
El presidente no tiene desperdicio en cuanto que habla de "derechos extensibles", demostrando también un pensamiento frágil al llamar derecho a privilegios o concesiones del poder confundiendo el concepto de derecho personal con la voluntad del legislador. Al fin y al cabo las cosas son, para él, relativas y se pueden cambiar por ley. Si el legislador decide que tenemos derecho a poner nombre a las estrellas o casarnos con una iguana, ¡hala! ya tenemos nuevos derechos y somos más felices. Se puede ser más simple...
Y llega la vicepresidenta de la Vega y confunde la crítica con la imposición para crispar al personal. Según ella se les puede criticar pero poco, la puntita nada más. Si la crítica les molesta ya se están pasando estos obispos... En lugar de acoger la crítica de una parte de la sociedad española que son ciudadanos de este país, a golpear el muñeco, a encerrar a los católicos en las sacristías, etc. más de lo mismo.
En fin, para lo demás me remito al artículo anterior sobre este tema.

08 enero 2008

Educación para...

He estado resistiendo la tentación, pero hoy no he podido más, he leído un artículo sobre el tema siguiente: "los profesores toman un 10% más de tranquilizantes contra el estrés". Por lo que se ve es una profesión de riesgo. Deberían leerse el análisis que hace E. Baltanás en su blog al respecto, no tiene desperdicio, y luego este artículo de Arturo Pérez Reverte. Con el que no siempre estoy de acuerdo e, incluso, en éste hay alguna cosa que se salta o no quiere recordar para mantener cierta equidistancia, que nadie es perfecto, en todo caso, disfrútenlo.

"Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros --aquí matizaré ministros y ministras-- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros --el tuteo es deliberado-- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.

Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana --que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural--, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al "retraso histórico". O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que "el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien" y que éste no ha fracasado porque "es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad", entre ellos el de que "los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms". Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente --recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española--. Deslumbrante, lo juro, eso de que "lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres", aunque tampoco estuvo mal lo de "hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos". Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.

Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado."

PD.: Ya lo decía yo aquí y aquí.

07 enero 2008

¿La nueva navidad vasca?

He visto este vídeo y no he podido resistirme. Ahora que acaban las fiestas navideñas, una sonrisa. Que lo disfrutéis.

06 enero 2008

Día de reyes.

Bueno, eso de "reyes" es relativo, en realidad no tenemos datos para pensar que eran reyes. Fueron coronados por la tradición y la devoción algunos años después, el Evangelio habla de "magos". Pero no este el tema de este artículo aunque hoy sea día de padres jugando con los juguetes de los niños y de niños con juguetes que les vienen grandes. Pónganse en situación: ¿pondrían en la habitación de su hijo/a de nueve años un teléfono? Normalmente uno respondería: No, qué va, para qué, menudo facturón podría resultar, etc. Pues hoy es el día en que se ve a niños de esa edad con su flamante móvil de trescientos euros con acceso a internet, cámara de x megapíxeles, etc. ¿Estamos todos locos o qué?
Aunque en realidad tampoco era eso para lo que me puse a escribir. Lo que quería contaros es lo siguiente. A raíz de la concentración por la familia del domingo día treinta, día de la sagrada familia. A raíz de algunas de las opiniones que se vertieron, ha habido un amplio rasgarse de las vestiduras de bastante progresista trasnochado y, sobre todo, del gobierno y el partido que lo sustenta. Yo no estoy de acuerdo con todo lo que se dijo en esa concentración, aunque sí con la idea de reafirmar la identidad de un tipo de familia, la real, la de siempre, y además la familia cristiana. Hay otros modos de convivencia pero no son "estricto sensu" familia por mucho que se empeñe el legislador. Los apelativos de "tradicional" que se le dan a la familia, como para decir que hay otros tipos, son "tics" propagandísticos y consecuencia de un lenguaje políticamente correcto que quiere enmascarar la realidad.
Me dan miedo ciertas reacciones que prohibirían expresiones que tachan de "ultraconservadoras" o "antidemocráticas" a las opiniones del susodicho domingo. A mi lo que me parece antidemocrático es esa actitud que prohibiría toda opinión discrepante de la oficial y que prohibiría toda expresión crítica con el gobierno. ¿Son ciudadanos con menos derechos los que se concentraron el domingo? ¿No son ciudadanos de este estado? Hay quien se ha lanzado en una lluvia de descalificaciones para ridiculizar y desprestigiar. Se trata del viejo lema: "calumnia que algo queda". Como dije a un amigo que me preguntó, a lo mejor yo no hubiera dicho las cosas de ese modo, pero seguro que mis opiniones tampoco hubieran sido cómodas para un gobierno que se obstina en no ver los verdaderos problemas de la gente y en ignorar a una parte de sus ciudadanos. En todo caso, sigo la máxima apócrifa atribuida a Voltaire, ilustre anticatólico: "No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero lucharé hasta la muerte para que tenga el derecho de decirlo".
Y mira por donde, respecto a quienes parecen vivir siguiendo consignas, encuentro un texto divertido en una web de mi blogroll: Embajador en el infierno, que a su vez viene de otro blog con un nombre que a veces yo uso para definir actitudes superficiales, desinformadas, vociferantes y atorrantes: Hijos de la LOGSE. El texto en cuestión es este, atención a las negritas.

“El izquierdismo [en los años 30], pues, de Alvarito Palmares era nada más que una prolongación de su famoso raid Madrid-Oviedo, pasando por las Azores. Presumía de izquierdista, como presumía de aviador; como en el colegio había presumido de su primer cigarro. ¡Cosas de hombres!Porque, para Alvarito Palmares, ser «izquierdista» consistía, un poco confusamente,en esta lista de cosas arbitrarias:

Acostarse y levantarse tarde.
No aplaudir en los toros cuando entraba el rey [o quedarse sentado cuando pasa la bandera de los EEUU].
Sostener, sin haberlo leído, que Unamuno escribe «bestialmente». Creer que todos los marqueses juegan al polo.
Opinar que las tierras destinadas a las ganaderías de toros bravos pueden servir para criar naranjos.
Decir que el problema de España es «un problema de cultura» [y que con la Logse han arreglado algo o que la culpa la tienen los padres].
Pensar que el nuncio come todos los días salmón con mayonesa.
Creer que todas las cosas —salvo, naturalmente, los cabarets, el Instituto Escuela y algunas otras más— están hechas «con dinero de los jesuitas» [hoy dirían del Opus].
Figurarse que un latifundio es un cortijo muy grande que su amo deja inculto por el gusto sádico de perder dinero.
No ser bolchevique, pero pensar que «lo de Rusia es una experiencia interesante» [hoy es Cuba o Venezuela la experiencia "interesante"]. No llevar sombrero.
Recordar compasivamente a Primo de Rivera.
Decir «las urnas» en vez de «las elecciones» y la «calle» en vez de «la opinión pública».
Opinar que los obispos no son cristianos.”

Actualización: descubro esta viñeta de Mingote, completamente actual y la vida misma dibujada. Abc 4.01.2008. Gracias a Danieltercero.net.


Actualización II: Creo que este artículo de Javier Caraballo coincide bastante con lo que he querido decir.

05 enero 2008

Regreso a las aulas... "the movie".

A punto de regresar a las aulas tras el paréntesis de las navidades, empiezo a sentir estrés sólo de pensarlo. Bueno, ciertamente exagero. A veces gasto bromas a algún alumno que encuentro por la calle diciéndole: "¡Qué bien! Ya queda menos para volver a clase". El embromado me suele mirar con cara de espanto repentino sólo de pensarlo, luego sonríe al captar la broma, aunque siempre hay alguno que no lo pilla y explota en quejas sobre el particular, qué se le va a hacer. No sé si lo he dejado claro, pero creo que la actual situación de la educación es lamentable tirando a desastrosa y con tendencia al empeoramiento. Esto último dado que la educación se convierte también en arma electoral y caladero de votos. Da la impresión de que la reflexión de los pedagogos que asesoran a los ministros de educación y adláteres, hace tiempo que es inmune a la realidad. No voy a abundar en el fenómeno que aqueja a los planes educativos que muy bien podría resumirse con la siguiente frase: "La sabiduría me persigue, pero no importa, yo corro más". No importa cuanto se bajen los baremos, límites, exigencias, topes o lo que sea, la masa del alumnado tenderá en proporción directa o indirecta a aumentar su índice de fracaso, indigencia intelectual, etc. Cualquier medida tendente a apuntalar el sistema actual y, a la vez, aumentar los índices de éxito escolar provocará sucesivas caídas inesperadas (¿inesperadas?).

Corolario: pase lo que pase, no pasa nada y estamos mejor que nunca, los culpables son los otros y en otro tiempo y en otro lugar, están peor. Este es el lema oculto de ministros/as, consejeros/as, delegados/as de educación de todo pelo. Y les pagamos a precio de oro.
Corolario dos: si les parece que los "maestros" viven bien, deberían ver como viven los burócratas que el partido en el mando contrata para gestionar el desastre.
Corolario tres: visto lo visto, el principio de Peter se cumple de forma casi arrogante.

Y para terminar un decálogo de Gregorio Luri bastante atinado aún cuando algunas propuestas crean otro problema al solucionar el previo (en su blog hay más):
  1. Escuchar a los profesionales. Y escucharlos sabiendo que mienten, porque nadie está dispuesto a admitir que tiene problemas si sabe que será inmediatamente señalado como provocador de problemas.
  2. Dar estabilidad a las leyes. ¿Cuántas reformas y contrarreformas hemos conocido en estos últimos 30 años? ¿Y no parece evidente que cuanto más cambian las leyes más diáfano es el mensaje de que no tenemos confianza en la ley?
  3. Mandar a todos los profesionales que están haciendo tareas administrativas a las aulas, eliminando toda la burocracia sin sentido.
  4. Centralizar. Sí, ya sé que esto va contra las señales de los tiempos, y que los especialistas creen que la autonomía de los centros es el remedio para buena parte de los males. Centralizar quiere decir darles a todos los profesionales la programación que tienen que desarrollar, y asegurar que la cumplen. La libertad de cátedra no tiene sentido en la enseñanza no universitaria.
  5. Reducir la extensión de los conocimientos, especialmente en primaria y secundaria obligatoria, para aumentar su intensidad.
  6. Recuperar la seriedad en la escuela, comenzando por la tarima para el profesor y siguiendo por los hábitos imprescindibles en el vestir, comportamiento, etc.
  7. Ofrecer alternativas de educación no formal al alumno que, simplemente, detesta la institución.
  8. Garantizar que el profesor que se contrata está capacitado, como mínimo, para resistir la mirada de sus alumnos.
  9. Eliminar toda asignatura que pueda calificarse de “maría”: es un cáncer.
  10. La gestión de los centros debe ser responsabilidad exclusiva de la administración (que para eso ha sido elegida democráticamente) y los profesores.

03 enero 2008

Ser o no ser

Ser o no ser, todo el problema es ése
¿qué es más noble al espíritu, sufrir
golpes y dardos de la airada suerte,
o tomar armas contra un mar de angustias
y darles fin luchando?
Morir; dormir; no más; y con un sueño
dar fin a la congoja y sobresaltos
que la carne heredó, consumación
que se ha de desear.
Morir, dormir,
dormir, tal vez soñar: ese es el caso:
porque el pensar que sueños trae la muerte
ya desprendidos del mortal estorbo
nos ha de contener. Ese respeto
larga existencia presta a mi fortuna
pues ¿quién sufriera el azotar del mundo
o al opresor, la afrenta del soberbio,
la hiel del huido amor, la tarda ley,
la insolencia del cargo y los desprecios
que al mérito le ofrece el hombre indigno,
cuando por sí se diera su descanso
con un simple estilete? ¿Quién querría
lamentarse y sudar toda una vida,
sin el temor de algo tras la muerte,
esa ignota región de cuyos límites
ninguno vuelve, que turba la mente,
y hace nos soportar los males ciertos
y no volar a otros ignorados?
La conciencia nos vuelve así cobardes
y así el matiz de la resolución
desmaya el suave tinte de la idea
y las empresas de rigor y empeño,
ante el temor, su curso tuercen pronto,
y dejan de tener nombre de acción...
To be, or not to be: that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing end them? To die: to sleep;
No more; and by a sleep to say we end
The heart-ache and the thousand natural shocks
That flesh is heir to, 'tis a consummation
Devoutly to be wish'd. To die, to sleep;
To sleep: perchance to dream: ay, there's the rub;
For in that sleep of death what dreams may come
When we have shuffled off this mortal coil,
Must give us pause: there's the respect
That makes calamity of so long life;
For who would bear the whips and scorns of time,
The oppressor's wrong, the proud man's contumely,
The pangs of despised love, the law's delay,
The insolence of office and the spurns
That patient merit of the unworthy takes,
When he himself might his quietus make
With a bare bodkin? who would fardels bear,
To grunt and sweat under a weary life,
But that the dread of something after death,
The undiscover'd country from whose bourn
No traveller returns, puzzles the will
And makes us rather bear those ills we have
Than fly to others that we know not of?
Thus conscience does make cowards of us all;
And thus the native hue of resolution
Is sicklied o'er with the pale cast of thought,
And enterprises of great pith and moment
With this regard their currents turn awry,
And lose the name of action...

William Shakespeare, Hamlet, acto III, escena I
(Tomado de "Traducción en verso")
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