Digo que voy a ser brevemente idealista porque en el mundo ideal, una manifestación ciudadana masiva debería servir para que el gobernante de turno se planteara la conveniencia de "escuchar a la calle". No se me ocurren ejemplos, pero seguro que ha habido democracias en que así ha sido alguna vez. Por tanto, salir masivamente a la calle recordando que el aborto (por ejemplo) es siempre un homicidio, las más de las veces un asesinato y nunca puede ser un derecho, no es baladí, al menos desde el terreno de los principios de una sociedad democrática tal como la concebimos alguna vez.
¿Qué en la actual situación de pragmatismo y lucha por conservar el poder nadie está dispuesto a seguir los principios? Ese es el problema, que los políticos siguen, escrupulosamente, el grouchomarxismo cuando se trata de ellos. Tendrán los que juzguen más convenientes para conseguir sus fines y así entramos en un círculo vicioso de pérdida total de valores.
Vale, de acuerdo, de nada sirven las manifestaciones si el que tiene el poder, el que al final es votado, no está dispuesto a escuchar nada. De nada sirve si cuando puedes echar al político nefando lo votas buscando "el mal menor" o, en un ejercicio de estupidez, piensas que los otros son peores y que más vale lo malo conocido.
Esa es la miseria de la democracia y la miseria de votante al que apalean por la mañana y por la tarden piden el voto engañándolo con promesas sin cuento.
Parafraseando a aquella pobre mujer, "mi gobierno me engaña lo normal".
Pero dan asco. He dicho.