23 febrero 2013

Porque quiero y porque puedo

Cuando hace unos años, tras retirarse de la política activa, preguntaron a Bill Clinton (sí, ese Bill que ocupó la Casa Blanca de Washington) el motivo por el que se había metido en el lío que conocimos como "affaire Lewinsky" el respondió "porque podía". Muchas de las cosas que se hacen mal siguiendo una pulsión de puro egoísmo se llevan a cabo simplemente porque se puede, porque está al alcance la mano, porque se tiene la posibilidad de hacerlo. No hay explicaciones complejas ni hay que acudir a la psicología profunda o la ideología para comprenderlo. Somos así y esto explica por qué gente que ocupa cargos importantes, en ocasiones, lo usa para su propio beneficio inmediato aunque luego le pase terrible factura en lo personal y en lo social.
En la raíz de toda corrupción hay una persona que puede, que tiene la posibilidad de actuar así y es tentado por el lugar que ocupa. Y no es cuestión de ideología, varía el estilo pero no el hecho en sí como podemos observar si miramos el conjunto completo (y no sólo los contrarios) de los casos que observamos día a día.
Un componente importante de esa "pulsión" o tentación nace del tipo de persona que hemos llegado a ser, de nuestra capacidad o incapacidad de negarnos algo a nosotros mismos. En este sentido Paco Sánchez nos ofrece este interesante análisis:

Se diagnosticó hace ya tiempo cierta incapacidad para esperar como uno de los males de nuestra época: parece ser que cuando queremos algo lo queremos ya y no estamos dispuestos a aguardar ni poco ni mucho. Por lo visto hemos educado así a los niños, pero nosotros ya éramos así: buena parte de la crisis financiera se explica partiendo de esa pulsión inmoderada que nos llevó a comprar a crédito millones de coches y de pisos, segundas casas en el campo y semanas de vacaciones en el Caribe como si fueran antojos, deseos irreprimibles que, si se difieren, pueden producir trastornos patológicos andando el tiempo. Nada de ahorrar durante años para la bici, nada de bracear hasta tener en el banco lo necesario para la entrada del piso. Eso está superado, como diría un buen amigo. Y acabamos en la desesperación de esta crisis sin final de la que solo tienen culpa políticos y banqueros.

Leerlo entero.

15 febrero 2013

Nos importan más los perros...

Tengo esto un poco abandonado, el vértigo de la información diaria, la inmediatez de twitter y facebook, que las tareas diarias se me hayan multiplicado sin buscarlas, en fin que no me da tiempo a poner por escrito lo que me gustaría.
Pero para los lectores impenitentes que vuelven a echar un vistazo, quiero compartir este retazo de mi blog radiofónico sobre asuntos que se quedan viejos en un par de días. A ver si sigo:

"Mientras absolvían al doctor Morín por el homicidio de niños de hasta siete meses, esta semana pasada ha habido gente manifestándose en Sevilla a favor de los perros abandonados… y uno no puede menos que pensar que algo no funciona en el sentido de los valores ante tal desatino.
En cierto programa de televisión alguien afirmaba que trataba a su mascota como un miembro más de su familia, de ahí a tratar a un miembro de su familia como si fuera una mascota hay muy poco trecho.
¿Les parece que exagero? Lo mismo hemos pensado en otros momentos respecto a asuntos parecidos. Cuando en los ochenta se despenalizaron los tres supuestos del aborto basados en la salud de la madre, la viabilidad del feto o la concepción por violación, el argumento era el dilema que suponían esos casos. El aborto era algo malo que se consideraba un mal menor en ocasiones muy concretas. De repente y tras unos años de progresiva deshumanización y entronización del egoísmo y el confort personal como estilo de vida, hemos llegado a considerar el aborto no como un mal, sino como un derecho. Es decir, ha pasado del código penal al de los derechos humanos sin que nos podamos explicar exactamente por qué. ¿Y les parece que exagero si digo que empezamos tratando a las mascotas como miembros de la familia y acabaremos tratando a miembros de la familia como mascotas? Visto lo visto es cuestión de tiempo, me temo."

 A esto le falta una observación que me reservo para otro post. Saludos.
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