29 mayo 2007

Crónica de un lunes como cualquier otro.


La radio derrama su torrente de noticias sobre mí, aún no es de día completo, apenas se vislumbra el amanecer, aunque la luz es suficiente para dispersar las sombras. Mientras mi mente intenta comprender lo que narra el locutor, una parte de mí desea que el despertador tarde aún en dar sus notas repetidas e irritantes. Finalmente, llega el momento, aunque enmudece al primer manotazo, repite su cadencia minutos después y ya no puedo ignorarlo.
Mientras escucho lo que el noticiario de la mañana tiene que decir, el ronroneo de la maquina de afeitar acaricia mi rostro adormilado. Mecanicamente procuro no dejar rastro de la barba de dos días. No pienso en nada, mi cuerpo responde sin más a la rutina matinal.
El agua caliente cae sobre mí mientras la espuma del jabón me hace sentir purificado y limpio. La somnolencia parece marcharse con los restos de espuma. La toalla me ayuda a salir del cubículo de la ducha.
Ya vestido y en la cocina rebusco en el frigorífico, una pieza de fruta, hoy es un plátano, para tirar el primer tramo de la mañana, lo saboreo mientras me limpio las gafas, busco las llaves y localizo el maletín del portátil. He intentado recogerlo todo antes de salir y salgo justo de tiempo, como siempre, no hay propósito que consiga hacerme vencer ese hábito de salir justo y llegar, inevitablemente, unos minutos tarde.
La clase de primero es lo habitual. Estoy lúcido y procuro tomar con sentido del humor lo que sucede. No puedo evitar bromear con los alumnos, a veces pienso si me paso con las bromas y les molestarán mis salidas chistosas. En medio, la inevitable charla. es que formar parte del grupo de Jesús implica cierto compromiso, los medios para ser y sentirlo como amigo están a nuestro alcance y son tan sencillos que no los valoramos y nos dejamos llevar por la corriente del pensamiento único, del qué dirán, de lo que todos hacen, etc.
Con los de tercero la cosa varía, un lunes a las nueve y media están calmados habitualmente, pero siempre hay el típico mononeuronal que no se entera de nada y se ríe a destiempo, que mira pero no ve, escucha pero no entiende y me suele poner frenético, aunque eso pasa más los jueves que la clase es más tarde. Están tambien las "casquivanas" (de cabeza hueca, vamos), que no entienden nada porque no escuchan nada, siempre en un mucho de apariencias y superficialidad donde las cosas son o entretenidas o aburridas (según sus lamentables criterios), suelen enervarme y me cuesta controlarme. Lo hago más por guardar las apariencias que por otro motivo, lo reconozco. A veces me entran ganas de gritarles que la estupidez y la mala leche no son buenas virtudes para una chica, pero me aguanto porque dado su coeficiente intelectual ni lo entenderían ni serviría de nada y se volvería contra mí.
Hoy hemos empezado una película hermosa y triste: "A Rumor of Angels", sobre la muerte y la vida más allá de la muerte, sobre el dolor y el sufrimiento de los que han perdido a seres queridos, sobre aprender a convivir con el dolor y la pérdida, y sobre la esperanza. Una de las casquivanas ha dicho en voz alta lo que su grupito piensa: "es una peli aburrida". Me he tenido que contener, pero le he nombrado la neurona que le queda. Casi al final de la clase más de uno y una tenía los ojos llorosos, ha terminado la hora en un momento muy emotivo. Eso es buena señal, se trata de despertar en ellos sentimientos e interrogantes.
La hora siguiente ha transcurrido como de costumbre. A la orientadora se le había desconfigurado el proyector y lo he arreglado (tan simple como un buen reinicio, pero hasta para eso hace falta un entendido). Luego el desayuno mientras otros compañeros hablan a gritos de futbol y de política (cómo no hoy). En el recreo quizá he metido la pata, me explico, dos compañeros hablan del sistema de representación parlamentaria, no se escuchan del todo, suben la voz para imponer su discurso sobre el otro y se me escapa: "¡qué alguien apague la radio!", y ya estamos. La verdad es que las voces me molestan las dé quien las dé y hay dos o tres que no saben hablar sin dar voces. Ha parecido que les criticaba por algo y, claro, los adultos nunca hacemos nada mal, menos si somos profesores.
Luego ha llegado el otro primero y también ha sido agradable, son chicos trabajadores y se puede bromear con ellos. Me caen bien y me gustaría que la buena relación se mantuviera.
Me he ido a casa a recoger las cosas y me he ido a casa de mi madre. He pasado por la tienda a comprar unas cosas y he almorzado en casa. Luego me he puesto a configurar el ordenador de mis sobrinos. El dichoso cacharro se ha resistido, ha dado un par de errores, me ha obligado a abrirlo y repasar todo el interior de nuevo, pero al final ha funcionado y ya va internet, la nueva línea por cable. Casi al final he ido al taller a pasar la revisión al coche, filtros, aceite, etc. la factura me ha obligado a tirar de la tarjeta, vaya con los precios. He charlado con el dueño del taller y los mecánicos, lo típico, con unos de política (el dueño ha sido candidato en las elecciones) y con los otros de temas varios, entre ellos de la depresión, uno de los males de nuestro tiempo y del colesterol, que es otro mal de moda.
Me he vuelto a casa y he recogido y guardado todo lo que traía. Antes he cambiado móvil de mi sobrino de contrato a prepago, ya que no es capaz de controlar su gasto y no hace caso a nada de lo que le decimos, si quiere llamar, que lo pague, pero cada factura en los últimos cinco meses ha sido mayor que la anterior y no agradece nada, como buen adolescente piensa que se lo merece todo a cambio de nada.
Después de ordenar las cosas he charlado un rato por messenger con unos cuantos amigos y alguna amiga y me he puesto a cenar, tras ver un par de episodios de mis series favoritas, he leído algunas noticias en diarios digitales y blogs. Ahora escribo esto antes de irme a dormir. Mañana tengo dos cursos muy complicados y no es por numerosos.
Buenas noches.

27 mayo 2007

Un domingo diferente.

Veintisiete de mayo de dos mil siete. Domingo de Pentecostés, la Iglesia recuerda y revive aquel acontecimiento extraño y especial en que aquel grupo de seguidores llamados apóstoles, se sienten inundados de una luz y una fuerza desconocidas hasta entonces. Algo que les hace capaces de hablar cuando antes habían callado, de anunciar verdades que a veces son molestas, de transmitir esperanzas añoradas y alumbrar un horizonte distinto para quienes se atrevan a confiar.
Algunos aprovechan el día para comer y beber sin mesura (entre otras cosas) con ocasión de la romería del Rocío, no soy capaz de pensar que están dando culto a Dios ni expresando devoción a la Virgen con eso, pero seguro que alguno pensará otra cosa.
Día de elecciones por toda España. Tras una campaña sembrada de actitudes muy mejorables, por ser suave. Lo más curioso es esa máquina demagógica puesta en marcha por algunos según la cual el rival es además el enemigo, y ya se sabe, al enemigo ni agua. O ese decir, nosotros nunca insultaremos a los cobardes e imbéciles de nuestros rivales políticos. Espero que capten la ironía.
Y así sucesivamente. Observando desde cierto punto de vista se ven claras esas actitudes, junto con la desigualdad que se da en lo medios para la campaña, unos tienen un verdadero imperio mediático a su disposición para crear la realidad y enmascarar lo que conviene, radio, prensa, televisión, "trolls" en internet, otros sólo los minutos preceptivos que cada medio tiene asignado para entrevistas, publicidad y debates. Nada de esto pasa desapercibido a quien quiera verlo.
Pero hoy es el día en que todos ganan las elecciones, pase lo que pase, todos habrán ganado algo y, seguramente, sus contrarios habrán sido vergonzosamente derrotados y harían bien en cambiar de actitud y acudir sumisos a ellos.
No sé, pero yo creía y creo que en democracia no es de recibo decir "fulanito es un gran profesional y una buena persona, pero desde que he visto que se presenta el partido tal, ya no es todas esas cosas". Me parece que las opciones ideológicas y políticas no son criterio para enjuiciar la bondad o maldad de nadie, sólo lo que hace, si lo hace bien o mal, sólo lo que dice, si sus palabras son verdaderas o mendaces, etc.
Negar el saludo o lo que es de ley al advesario político no es digno de un sistema basado en la ley y el derecho, de un sistema de libertades. Utilizar las instituciones de todos como una extensión del propio partido o contra las opciones de una parte de los ciudadanos es, igualmente, una inmoralidad y un comportamiento ilegítimo.
Ojalá el día de hoy ayude a reconducir las actitudes y el Espíritu ilumine las conciencias.

24 mayo 2007

Ocasiones.


Hay ocasiones en que lees algo que te deja sin palabras, ya lo he dicho antes, y ahora me repito. Frases, afirmaciones contundentes que hacen luz sobre aspectos de la existencia que necesitaban esa intervención, esa precisa iluminación. No hacen falta muchas palabras, sólo las precisas para comprender y comprenderse mejor. No sabría explicarte que relación concreta hay entre el texto que sigue y lo que estamos viviendo en esta campaña electoral. Quizá la cita de Baudelaire con la que comienza sea la más relacionada, pero todo lo demás también ayuda a entender mejor la condición humana, esta que compartimos tú y yo. Todo lo esto digo a cuenta de la cita que sigue que es, como otras últimamente, de Bienvenidos a la fiesta.
«A veces una enunciación contundente arroja una luz más deslumbrante que un discurso más complejo. Por ejemplo, cuando Baudelaire dice que “la verdadera cultura no consiste en el gas, ni en el vapor, ni en cualquier otro invento, consiste en disminuir los efectos del pecado original”. O cuando dice Flaubert que las edades de la humanidad han sido paganismo, cristianismo e idiotismo; y Eliot cuando avisa que de que “el humanismo es una ilusión porque desconoce que los hombres no soportan mucha realidad”. Son contundencias que revelan una verdad radical. Luego puede tomarse esa verdad con las precauciones o disimulos o torcimientos que se quiera, pero así son las cosas».
Un día como hoy, a ese texto de José Jiménez Lozano en Advenimientos, yo le añadiría otra cita más, tomada de la carta primera de San Pablo a los Corintios: «si Cristo no ha resucitado, inútil es nuestra predicación, inútil es también vuestra fe. (...) Y si tenemos puesta la esperanza en Cristo sólo para esta vida, somos los más miserables de todos los hombres».
José Jiménez Lozano. Advenimientos (2006). Valencia: Pre-Textos, 2006; 215 pp.; col. Narrativa Contemporánea; ISBN: 84-8191-770-2.

20 mayo 2007

Políticos de aquí y de allí.

Uno está ya bastante curado de sorpresas en el mundo de la política y sus estomagantes rifirrafes, sin embargo, en ocasiones hay algo o alguien que me sorprende positivamente. La noticia de que el recién elegido Sarkozy en Francia está dispuesto a incluir a "destacadas personalidades" de la izquierda en su gobierno es de esas cosas que aún pueden sorprenderme. Como lo es también el tono y las ideas expresadas por uno de sus ministros de izquierdas que me hace soñar con esa versión socialdemócrata de la izquierda que en España quiso ser y parece que nunca llegó lograrse, menos aún desde el año 2000, año en que parece que se decidió que para llegar al poder había que hundir al oponente por cualquier medio y culparlo de la extinción de los dinosaurios si era necesario, alcanzando nuevas cotas de miseria intelectual y moral. Me pasa como con la reacción de la oposición inglesa con ocasión de los atentados islamistas de Londres, viendo la diferencia con la actitud de la española el 11M, me habría querido nacionalizar inglés.
En fin, para que sepan de lo que hablo les invito a leer la explicación de uno de esos ministros del nuevo gobierno francés que ha aceptado.

Tanto fuera de nuestras fronteras como en su interior, he sido siempre y continúo siendo un militante de todos estos combates que han sustentado la grandeza de nuestro país. Desde 1968, en Biafra como en la ONU y en Kosovo, pasando por "Médicos sin Fronteras", "Médicos del mundo" y otras muchas expresiones de la sociedad civil, he actuado en defensa de los mismos ideales de solidaridad y progreso. Como ministro, defenderé estos valores de la diplomacia francesa.

En cerca de cuarenta años de acción humanitaria y batallas políticas en defensa de los derechos humanos, movilizamos el mundo en los ámbitos de la diplomacia, la salud o la protección de las minorías. Proseguiremos nuestros esfuerzos construyendo una mundialización más justa, una Europa más fuerte, y encontrando para Francia la ambición que le asigna su historia.

Siempre he sido y continúo siéndolo, un hombre libre, militante de una izquierda abierta, audaz, moderna, en una palabra socialdemócrata. Al aceptar hoy trabajar con gente que sobre muchos temas no piensa como yo, no renuncio a mis compromisos socialistas. Participé en la campaña de Ségolène Royal y voté por ella en las dos vueltas de la elección presidencial porque me parecía representar una oportunidad para la izquierda. Francia ha decidido: esta etapa ha sido ya superada. Seguiré reflexionando y actuando, con todos los espíritus abiertos, para que exista finalmente una socialdemocracia francesa.

La política exterior de nuestro país no es ni de derecha ni de izquierda. Defiende los intereses de Francia en un mundo que se reinventa cada día. Debe ser decidida e innovadora. Al hacerme el honor de proponerme dirigir la diplomacia de Francia, el Presidente de la República no se imaginó que me convirtiera en sarkozysta. Algunas de mis convicciones no son las suyas y recíprocamente. Esto anuncia, espero, felices cambios de estilo, de análisis y de época. A esta actitud le corresponde un hermoso nombre: apertura.

Sé que algunos de mis amigos me reprochan este nuevo compromiso. A éstos, les pido confianza: mis ideas y mi voluntad siguen siendo las mismas. Si un día me pillan en el flagrante delito de la renuncia, les pido que me lo echen en cara. Garantizo que ese momento no ha llegado.

No tengamos miedo del futuro; miremos más allá de los enfrentamentos partidistas. Formo parte de un Gobierno creado para actuar y para ser útil a Francia, a Europa y el mundo. Se me juzgará por mis resultados.


Bernard Kouchner es ministro de asuntos exteriores y europeos de Francia.
Vía: "El Café de Ocata".

10 mayo 2007

Ser Scout.


Hay cosas que a lo largo de la vida han dejado huella en mí, no todas buenas, por supuesto. Pero entre las cosas que supusieron para mí una experiencia gratificante y que me ayudaron en su día a madurar como no pensaba que fuera a hacerlo, está el escultismo, el haber pertenecido a un grupo scout. Entré como monitor de ASDE (scouters nos decíamos), ya tenía 20 años y no podía ser otra cosa, claro. Los cursos de formación me permitieron conocer este movimiento educativo como un método y un proyecto educativo dirigido a niños/as y jóvenes orientado por adultos.
Cuando tengo que resumir para alguien qué es el escutismo digo eso, que es un movimiento educativo que forma en valores, algo que les ayuda a dar lo mejor de sí mismos, que les propone retos y les fortalece, algo que los ayuda a ser libres y autónomos, y algo divertido de hacer sobre todo.
El escultismo, como muchos saben, fue fundado por Robert Baden Powell hace ahora 100 años, es un método extendido por todo el mundo, al que pertenecen unos 45.000 jóvenes en España y unos 30 millones en todo el mundo. Tiene la virtud de ser una pedagogía activa, viva y dinámica que despierta al niño para que avance en autonomía personal, sentido de grupo, capacidad de superación y esfuerzo, sentido de los valores y del servicio, de lo espiritual y del respeto a la naturaleza. En todo el proceso acompañado por adultos preparados para hacer de él un tiempo divertido. Adultos que se forman siguiendo unos planes muy precisos y supervisados por las autoridades educativas como Monitores de Tiempo Libre, además de en las técnicas específicas scouts. Monitores que entregan su tiempo y su esfuerzo voluntaria y gratuitamente. El grupo está abierto al compromiso de todo aquel que quiera hacer que su vida dé fruto.
El escultismo es complementario de la formación recibida por otros medios como el colegio, la familia, la catequesis o las actividades extraescolares y deportivas. Introduce en un estilo de vida y hace que quienes lo viven se sientan siempre scouts, miembros de una gran familia.
Hace un par de años he vuelto a la aventura de ser scout, con cierto deje melancólico del tiempo perdido después de mucho tiempo de no haber podido pertenecer y participar, he vuelto a la aventura trabajando con un grupo del Movimiento Scout Católico, lo primero que percibes es que los años también dejan huella y que los adolescentes de hoy no son los de entonces ni la relación con los padres es la misma, y es no es negativo, simplemente obliga a actualizar muchas ideas previas, eso es rejuvenecedor.
Y no es fácil hacer funcionar un grupo y siempre hay dificultades de diverso signo, pero se afrontan sabiendo que por encima de todo eso está la satisfacción del trabajo bien hecho, de los chavales que vemos evolucionar dejando salir, poco a poco, lo mejor de sí mismos y con eso nos basta, al fin y al cabo la abnegación es uno de los grandes valores scouts. Ningún momento mejor que este centenario para recordarlo.
Y ya que estoy, recordar también que Baden Powell (BP para los amigos) era un soñador que deseoso de ver surgir la paz después de tres años de guerra, escribió en 1917 (vía scout.org):
"Las raíces del Movimiento Scout han crecido entre los jóvenes de todos los países civilizados y se desarrollan cada día más. Se puede pensar entonces que si en los años que vienen, una proporción considerable de los futuros ciudadanos de cada nación forma parte de esta fraternidad, ellos estarán unidos por un lazo de amistad personal y de comprensión recíproca como jamás ha existido aún, lo que ayudará a encontrar una solución a los terribles conflictos internacionales."

07 mayo 2007

Tener razón.

«¡Qué gran desolación puede producir el hecho de tener razón en una discusión con gentes que, como es demasiado habitual, son incapaces de separar su yo de lo que sostienen cuando discuten! ¿Cómo llegar entonces, por nuestra parte, a una demostración irrebatible y hasta in re? Puede el otro sentirse tan humillado, que, salvo si se trata de algo muy serio, parece que hay que preferir ceder y replegarse, porque en los triunfos dialécticos demasiado brillantes hay algo o mucho de un campo después de una batalla, o de un vencido atado a la rueda de nuestro carro de triunfo. Y seguramente todos tenemos la experiencia de cierto sabor amargo del haber tenido razón».

No tengo más remedio que dar la razón al autor de la frase. Experiencias recientes me muestran que lo habitual en demasiados debates o discusiones es tomarlo como algo personal. No importa tanto tener razón como llevar, a toda costa, la razón. Como también dice el adagio, si la realidad no se ajusta a la teoría, peor para la realidad.
Es doloroso discutir y acabar en el terreno de lo personal, de la descalificación del contrario. Yo soy de los que, llegado a determinado punto, me veo obligado a elegir entre tener razón o tener un amigo o enemigo. Lo suelo dejar aunque muchas veces me siento tentado de usar la misma arma victimista del oponente dialéctico, presentarme ofendido por la insistencia del otro en llevar una razón distinta de la mía. Es descorazonador y, ciertamente, amargo llegar a esos extremos.

05 mayo 2007

Soy un geek sin remedio.

Pues eso, que soy un "geek" sin arreglo. Hay gente que me critica por ello, creo que porque critican lo que no entienden, no es que a ellos no les acabe de gustar, sino que se pierden y tienen miedo a no entender cómo funciona todo. Reaccionan con miedo a lo desconocido y criticar al que se aventura con cierta seguridad es una forma de justificar que son totalmente "legos" en la materia y no tienen intención de aprender porque no creen ser capaces. El resultado es que cuando tienen problemas con el inevitable aparatito que han comprado, recurren al amigo "geek" que es lo bastante pardillo como para desentrañar su funcionamiento, entender el libro de instrucciones o, simplemente, formatear, limpiar de virus o instalar la dichosa conexión a internet para que los niños chateen con sabe Dios quién.
Pero, dime ¿a cuántos de vosotros no os gustaría tener los aparatitos que salen en el anuncio de Intel que sigue? Está en inglés y aventura el futuro de los llamados "dispositivos móviles". Venga, no me digáis que no os gustaría tenerlos.

03 mayo 2007

Para reir un rato.

Mira el siguiente vídeo, es uno de los más comentados de YouTube. Luego me dirás si fuiste capaz de verlo sin sonreírte siquiera. Sólo eso. Lo encontré en la Huella Digital.

01 mayo 2007

¿Vives o sigues mapas?

"El explorador había regresado junto a los suyos, que estaban ansiosos por saberlo todo acerca del Amazonas. Pero, ¿cómo podía él expresar con palabras la sensación que había inundado su corazón cuando contempló aquellas flores de sobrecogedora belleza y escuchó los sonidos nocturnos de la selva? ¿Cómo comunicar lo que sintió en su corazón cuando se dio cuenta del peligro de las fieras o cuando conducía su canoa por las inciertas aguas del río? Y les dijo: "Id y descubridlo vosotros mismos. Nada puede sustituir al riesgo y la experiencia personales". Pero, para orientarles, les hizo un mapa del Amazonas.
Ellos tomaron el mapa y lo colocaron en el Ayuntamiento. E hicieron copias de él para cada uno. Y todo el que tenía una copia se consideraba un experto en el Amazonas, pues ¿no conocía acaso cada vuelta y cada recodo del río, y cuán ancho y profundo era, y dónde había rápidos y dónde se hallaban las cascadas?
El explorador lamentó toda su vida haber hecho aquel mapa. Habría sido preferible no haberlo hecho."
(A. de Mello, "El canto del pájaro")

Qué quieres que te diga, a mí, a veces, me da la impresión de que vivimos "vidas prestadas". Tiene uno conversaciones en que parece que todos damos lecciones sobre cómo vivir sin haber vivido realmente. Hablamos de amistad sin habernos atrevido a ser verdaderamente amigos, como mucho hemos buscado "tener" amigos, pero no tanto "ser" amigos. Lo demás lo hemos aprendido mirando los mapas que otros escribieron para nosotros. Para qué hablar del amor de pareja, parece una meta imposible que sea algo fundamental, permanente, nos han explicado que es que el amor se acaba, se agota y que hay que buscar nuevas experiencias, pero después ¿qué queda? La sensación de haber seguido una pista equivocada, no nos atrevimos a dar el salto verdadero hacia la otra persona y al final, estamos solos con un mapa inútil entre las manos. ¿El trabajo? No es ya para realizarse, para sentir que desarrollas una capacidad tuya, que prestas un servicio, has de hacerlo rápido, competitivo y, eso sí, exclusivamente por dinero. Vivido así es un castigo y no un derecho. Pero es lo que nos dijeron, para eso nos prepararon, para ser competitivos y no para realizarnos.

No sé, quizá sueño, pero creo que vivir es otra cosa de lo que dicen los mapas y otra cosa que seguir mapas. Quizá vivir sea explorar la vida por ti mismo y atreverte a buscar la Verdad, esa que dicen que es relativa o que no existe. Quizá vivir sea no conformarse, no anquilosarse y no seguir lo que está de moda, lo que se lleva, lo que se piensa. Atreverse a pensar por sí mismo, a explorar un mundo lleno de posibilidades (¿no es eso ser scout?). Vivir el riesgo de ser vulnerable, se acertar o equivocarse, de tener y ser amigos, de confiar, de ser leal, de experimentar la pérdida y el consuelo, de esperar y perdonar, así como de pedir perdón. E igualmente con todo lo que la vida nos pone por delante. ¿Tú qué crees?
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