28 noviembre 2006

Democracia y demócratas.

Resulta bastante molesto ver a alguien repartir "carnets" de demócrata y pontificar infaliblemente sobre a quién le cuesta serlo y quién lo es de toda la vida. El señor Reyes Mate viene a pontificarnos ahora sobre el dudoso pedigrí democrático de los obispos españoles porque, claro, discrepan del gobierno y no están de acuerdo con lo que propone en algunos temas, entre otros los educativos (además tienen la desfachatez de decirlo en público). Claro, yo me pierdo en el argumentario del individuo. De repente me descubro poco demócrata al no estar de acuerdo con el gobierno en esos y en otros temas. Empiezo a preocuparme y no sé si buscar algún establecimiento de "reeducación" (modelo cubano, chino o similar) que me devuelva al redil democrático. Quizá lo que hace falta en España es una buena Revolución Cultural que nos ponga a todos en la misma onda, de forma que sea posible el progreso bajo la guía de nuestro nuevo Gran Timonel.

27 noviembre 2006

Estos políticos...

El sábado nos leyó el Obispo de Huelva la página del último documento de la CEE que trata el tema del terrorismo. Lo hacía a raíz de una observación sobre el diverso enfoque que se hacía en según que medios. A mi, personalmente, ya la mayoría de los presentes nos pareció un texto equilibrado, pensado y justo, que podía responder a las diferentes sensibilidades sobre el particular y además, aportar alguna luz de futuro. Nos dijo también que dicho documento no estaría disponible completo hasta hoy lunes en la web de la CEE.
Pero el mismo sábado, al llegar a casa, me encuentro con comentarios de Javier Madrazo, Gaspar Llamazares y El Periódico de Cataluña profundamente despectivos y condenatorios, acusando a la CEE de alinearse con la derecha, de hablar de las dos Españas y otras milongas. Claro, cuando uno ya sabe de lo que están hablando, es más difícil que los creadores de tópicos y sembradores de odio, se salgan con la suya. Francamente, es triste, triste y miserable. No se me ocurre otra cosa. Sobre todo porque ninguno de ellos ha leído el documento antes de opinar, se limitan a repetir su vómito de odio. Lo que se diga luego ya no importa. Calumnia, difama, insulta que algo queda. ¿Quién se preocupará de leer desapasionadamente el documento e informarse por sí mismo? Ya se lo han interpretado y todo lo que leerán, les servirá para coincidir con el tópico.
¿No se dan cuenta del profundo asco que dan cuando hacen estas cosas?
Salud.

22 noviembre 2006

Mirarse el propio ombligo.

Alguien en la radio decía un día de estos que a muchos hoy les falta madurez "espiritual", sentido de totalidad, que están encerrados en sí mismos, mirándose el propio ombligo.
En esas condiciones mal se puede "gestionar" nada que incluya al otro, a los otros, como sujetos idénticos a mí mismo, como "prójimo", otros que son yo de alguna manera. La tentación repetida es que sean "objeto", parte de mi mundo, del mundo que me debe algo, que está ahí para satisfacerme y llenarme de lo que ansío, de lo que deseo, de lo que creo que necesito. Se puede entender el fracaso de un proyecto de familia con estos cimientos, el fracaso de la política como arte de administrar lo de todos para todos, incluso los que no piensan, sienten, viven como yo. Se puede entender también que se haya llegado al consenso de que no hay más verdad que el hecho de que no hay verdad, sólo verdades relativas (relativas a lo que interese ver con el cristal que miramos), que la realidad no existe sino que hay que construirla con leyes y decretos, con opiniones políticamente correctas y acuerdos artificiosos e interesados.

No sé a ustedes, pero a mi me da miedo un mundo de gente así.

09 noviembre 2006

Información, periodismo, política... periodistas.

No sé si es muy "legal" hacer estas cosas, pero el artículo me parece afilado como un bisturí y pone de manifiesto la sensación que, desde Andalucía, me agobia cuando miro a los políticos y la prensa afín a ellos. Así que lo pego tomándolo prestado de los comentarios del blog de Arcadi Espada del día de hoy. Por más que yo no esté de acuerdo con algunos postulados de los Ciudadanos mentados, no dejo de reconocer lo que está en juego. Disfrútenlo.

TRIBUNA: FÉLIX DE AZÚA
¿Quién teme al ciudadano feroz?
FÉLIX DE AZÚA
EL PAÍS - Opinión - 09-11-2006

Como es bien sabido, con ocasión del Salon de 1864 el pintor Édouard Manet expuso su célebre Olympia, un desnudo femenino que irritó profundamente a la buena sociedad parisina y cambió las reglas de la representación clásica. La gigantesca cólera desatada por el cuadro de Manet era debida a que el nuevo modo de presentar un tema clásico dejaba sin argumentos a los tradicionalistas. La estrategia artística de Manet negaba t

odos los valores defendidos por la vieja escuela. Los entendidos, los expertos, los coleccionistas y aquellos aficionados que se consideraban enterados, reaccionaron con violencia porque, de ser cierto lo que Manet expresaba en su pintura, entonces ellos eran una colosal mentira. También es conocido el final de la historia: eran una colosal mentira.

Algo similar está sucediendo con la irrupción de un pequeño partido posnacionalista en Cataluña, a partir de las últimas elecciones. El Partido de los Ciudadanos (PC) es minúsculo en comparación con las fuerzas que representan al nacionalismo catalán, pero la reacción que ha desatado es sorprendente y pone de manifiesto, no la amenaza de los débiles, sino el miedo de los poderosos. La astuta conducta de los medios de comunicación catalanes, que no informaron en ningún momento sobre la campaña del PC mientras duró la subasta de votos, no ha podido resistir el resultado y ahora se desborda en ataques furibundos. Un síntoma inequívoco de que el poder se siente débil.

Por si alguien supone que escribo desde una posición militante, debo aclarar que si bien formé parte del grupo que incitó a la creación en Cataluña de un nuevo partido que pudiera hablar con naturalidad sobre todo lo prohibido por el poder, en cuanto ese partido se constituyó legalmente me retiré con ánimo de no regresar nunca más a la política empírica. Si ahora escribo sobre ellos es porque nos están sirviendo una valiosa información sobre la falta de información que sufre la sociedad catalana. De modo que habría escrito exactamente lo mismo si hubiera votado a Convergencia o a Iniciativa.

La falta de información a la que aludo es una de las causas de la inseguridad del poder catalán. Cuando escribo esta crónica hay ya un acuerdo para repetir el tripartito. Es decir, que han ganado los que han perdido, pero quizás no cabía otra posibilidad. Los partidos nacionalistas catalanes son máquinas de distribución. Cualquiera de las posibles combinaciones ganadoras no se forma para cumplir el deseo de los votantes sino para satisfacer a los partidos y a sus clientelas. Contra este estado de cosas había que fundar un nuevo partido y ese partido ha conseguido tres escaños sin apenas campaña, sin dinero, sin apoyos, sin aparecer en los medios, contando tan sólo con el entusiasmo de la gente.

La victoria ha sorprendido porque la sociedad catalana carece de información responsable. Muy pocos periodistas sabían algo sobre el nuevo partido y lo que sabían era mentira. Ningún profesional de la prensa catalana intentó averiguar algo por su cuenta. Cada uno de los mediáticos de prestigio pertenece a un grupo dentro del sistema y nada que caiga fuera de tan estrecho horizonte tiene la menor importancia. La endogamia informativa ha llegado a extremos grotescos, como la creación de un comité de comisarios que vigila a los periodistas catalanes. Sin embargo, no es el momento de examinar el grado de dependencia y la falta de autonomía de los medios catalanes, sino de sacar algunas conclusiones. Y para ello nadamejor que poner algunos ejemplos de lo que está sucediendo después de las elecciones, cuando el resultado es irreparable. Quizás alguien se percate de que el estado de cosas es insostenible, que está hundiendo a la sociedad catalana en el escepticismo democrático, y trate de ponerle remedio.

Hablemos de las firmas y vayamos de menor a mayor. Como es lógico, todo el periodismo de batalla ha coincidido en calificar al PC de facha, ultraderechista y cosas semejantes. De nada ha servido que el jefe del partido se definiera como socialdemócrata, o que no haya ni un solo dato que fundamente semejante barbaridad, es decir, que este es un partido de delincuentes. Ningún responsable del PC ha hablado de inmigración y si lo ha hecho ha sido con bastante mayor liberalidad que la señora Ferrusola de Convergencia o el señor Barrera de Esquerra; ni de religión y si lo ha hecho es para declararse laico y contrario a la asignatura de religión, a diferencia de los nacionalistas; ni del aborto, las bodas gays, el feminismo y la parafernalia que trabaja ese partido estetizante, Iniciativa, como no sea para coincidir con ellos porque, la verdad, esas cosas son simplemente obvias. No importa: los Sopena, los Culla, los Cardús, los Sánchez, la infantería del sistema, han afirmado que el PC es de extrema derecha.

Era de esperar, por así decirlo, entre la gente de faena, pero subamos un peldaño. Toni Soler es una figura de la radiotelevisión catalana y escribe en La Vanguardia. Es una de esas estrellas locales que viven de luchar heroicamente contra la microscópica presencia del PP y que jamás han tocado un pelo al poder. Sin embargo, la aparición del PC le ha puesto nervioso. He aquí lo que escribía Soler el domingo 5 de noviembre: "(Para el PC) el nacionalismo catalán va de Carod a Piqué, inclusive, y dicen una frase en cada idioma, para demostrar que el idioma no les importa, es decir, que si el catalán desaparece no soltarán ni una lágrima". Esto lo escribe Soler en castellano. Es otro de los innumerables nacionalistas que considera justo multar a un tabernero por no rotular en catalán, pero que desea seguir cobrando sus artículos en castellano, por favor. Con esta moral es difícil informar objetivamente.

Subamos otro peldaño, lleguemos a periodistas prestigiosos y a los que respeto. Ese mismo día y en el mismo órgano de los conservadores catalanes, Enric Juliana escribía: "El despliegue del Partido de la Ciudadanía en España sólo es posible con el apoyo estratégico de un poder fuerte. La FAES es uno de ellos y ha amenazado con querellarse contra quien diga que suya es la mano que mece la cuna". Debo confesar que el párrafo me ha desconcertado porque soy lector habitual de Juliana, uno de los escasos periodistas catalanes que utiliza el castellano con elegancia. Su posición siempre ha sido clara, es simpatizante de Convergencia, pero no es un palanganero. Suelo oírle en la tertulia de Carlos Herrera y me parece un hombre equilibrado. Que utilice una falacia tan absurda es significativo sobre el grado de intoxicación de los periodistas catalanes. La gente que ha conseguido tres escaños se los ha trabajado como antaño los clandestinos que luchaban contra Franco: aguantando los ataques del régimen en pleno y sin el menor apoyo de nadie como no sea el desinteresado y generoso de mucha gente que está harta de tanta falacia. Que sólo les hiciera caso la prensa de Madrid no es culpa suya, sino de la prensa de Barcelona.

Y acabemos de subir la escalera hasta un nivel que puede costarme una amistad. El viernes 3 de noviembre, Xavier Vidal-Folch, el director de la edición catalana de este periódico y amigo personal, hacía un balance de los resultados. Escribía lo siguiente: "La gran novedad, Ciutadans, ese nacionalismo neoespañolista". Pasaba luego a anunciar que el partido practicará el lerrouxismo, que acabará en manos de la extrema derecha, y terminaba diciendo: "¿Nuevo el nacionalismo español? ¿O el más rancio y cutre de los nacionalismos hispánicos?". Esta es la opinión de un gran profesional catalán que ha vivido en Bruselas durante años y conoce la prensa europea. Si estuviéramos en Europa habría que hacerle algunas preguntas: ¿Qué es, en su opinión, el "españolismo"? ¿Algo así como el catalanismo, un apego cultural? ¿Que te guste la música de Albéniz, el Museo del Prado y las novelas de Mendoza? ¿Hay que añadir, para radicalizar, la jota en plan sardana, los toros en plan castellers, el Valle de los Caídos en plan Montserrat? ¿O más bien será españolista alguien que se oponga al populismo del odio contra los españoles tipo Rubianes? ¿Y que sería un "neoespañolismo"? ¿O es sólo un modo de clasificar para evitarse el análisis? ¿Pereza o desinformación?

El lerrouxismo y la extrema derecha son fantasmas constantes en Cataluña, quizás por ser dos de las más frecuentes tentaciones catalanas, desde el carlismo del XIX hasta los Requetés franquistas. Son espantajos que carecen de contenido ya que toda situación histórica es irrepetible y para acabarlo de arreglar nadie sabe muy bien en qué consisten. ¿Es un lerrouxista a la inversa Artur Mas cuando se inventa un carnet de puntos para inmigrantes? ¿O Maragall cuando le concede la nacionalidad catalana a Montilla por lo bien que se ha portado? Cuando un término más o menos técnico se usa como insulto hay que suponer que de lo que abunda en el corazón habla la boca.

Lo mejor sin embargo es el final. "Rancio" y "cutre" son de nuevo adjetivos muy frecuentes entre los defensores de la buena sociedad catalana, aunque deben aplicarse exclusivamente al llamado "nacionalismo español". Que Artur Mas se arrodille ante la tumba de Wifredo el Velloso, que todos los partidos canten Els segadors con la mano en el pecho y lo hagan obligatorio en las escuelas, que peregrinen a los lugares sagrados, que prohíban a los escolares hablar en castellano en el patio, o que sólo hayan leído a Prat de la Riba y otros genios de la filosofía política, no es, para ellos, ni "cutre" ni "rancio". Debe de ser lo más progresista, aunque sólo en Cataluña. ¡Qué pésima información, Dios mío!

En efecto, un partido sin dinero, sin campaña, sin apoyo mediático, en cuatro meses ha conseguido tres diputados. Ahora el poder catalán puede reaccionar de dos modos distintos: temblando de miedo e insultando como hasta ahora viene haciendo, o poniendo remedio a lo que ha provocado 90.000 votos para el nuevo partido, 60.000 votos en blanco, la más alta abstención de la historia de Cataluña, y un panorama para el futuro Gobierno que cada vez nos acerca más a la Italia de los años de plomo. O a cosas peores. Quizás ellos se sientan a gusto en este ambiente de sauna para padrinos. Los demás, no.

02 noviembre 2006

Dos de noviembre.

Recupero un escrito de hace unos años, concretamente de 2001, ese fue un año difícil para mí.
En enero murio mi padre inesperadamente. Tenía setenta y un años y aún tenía bastante felicidad que vivir y que dar. Aún así mi recuerdo de él no es triste, yo creo que el amor es eterno y mi padre está en manos de quién es el Amor para la eternidad. Pero lo echo de menos. De vez en cuando su imagen, su voz, incluso el recuerdo de sus malas pulgas a veces, se me cruzan cuando estoy haciendo algo de lo que a él le gustaba hacer. Cuando se desvivía por sus nietos, mis sobrinos, cuando le dedicaba algo de tiempo a las plantas, o podaba algún árbol, o jugaba alguna partida de dominó o cartas en el casino. Su sentido del deber, del trabajo, de lo bien hecho, me viene contínuamente cuando estoy haciendo algo y tengo la tentación de dejarlo o estoy cansado. Ya digo, siento su ausencia, también en la soledad de mi madre, aunque ella intente mitigarla con sus hijos, no es lo mismo, nunca puede ser lo mismo. Hay gente que anda como perdida sin el otro, al que amaron y al que se unieron en toda circunstancia. A veces, en casa de mi madre, se reune un grupo de vecinas de edad similar, todas viudas. Se hacen compañía, ven la tele, opinan sobre las barbaridades que salen en ella y, sobre todo, se hacen compañía. Hacen más llevadera su larga soledad. Alguna lleva más de veinte años viuda, ejerciendo de madre y abuela desde la soledad de su casa silenciosa como única tarea.
Me pregunto por qué escribo esto hoy, quizá porque es dos de noviembre, día de los difuntos. Quizá porque añoro y recuerdo, porque hay ausencias que duelen siempre y la espera se hace larga.
Ese año 2001, unos meses después, murió también Rafael, el hijo de unos amigos al que conocí y vi crecer desde los dos años. Tenía la edad de mi sobrino el mayor, el primer nieto de mis padres (ya saben lo que es eso, todos queríamos abrazarlo, besarlo, pasearlo, darle de comer, el niño más guapo y más todo). Estaba en Madrid y no pude asistir a su entierro, cuando tuve ocasión escribí esto y ahora lo recupero para esta nueva bitácora.

El pasado junio (2001)ha muerto mi amigo Rafael. Me pongo a escribirlo y no encuentro las palabras adecuadas. Quiero hacer de estas líneas un recuerdo, un breve homenaje a alguien que también estuvo brevemente entre nosotros y de cuya compañía y amistad disfruté. Tenía diez añoscuando murió y llevaba casi dos luchando contra el cáncer.

No voy a insistir en que su pérdida ha dejado una huella de dolor en todos los que le conocimos y le quisimos de una u otra forma. Aunque ningún dolor comparable al de sus padres que hicieron todo lo posible por hacerle feliz y cuidarle desde el primer momento de su vida y, en especial, en estos dos años últimos tan difíciles.

Ahora Rafael ha vuelto a la tierra, ceniza a la ceniza, polvo al polvo, demasiado prematuramente. Sin embargo, para quienes creemos, esperamos y amamos, no está dicha la última palabra. Un día alguien nos enseñó mal cuando nos dijo que Dios era un ser todopoderoso que se dedicaba al milagro fácil (eso sería tan injusto, aunque fuera difícil). Por eso, muchas personas bienintencionadas pidieron que curara a Rafael, pero Dios no estaba en esa dirección. ¿Por qué Dios habría de curar o de procurar su muerte (ni lo uno ni lo otro) si miles mueren cada día sólo por haber nacido en algún lugar del llamado Tercer Mundo?

Su intención era la mejor, pero no miraban al Dios de Jesús, al Dios crucificado, al Dios que se manifiesta en la debilidad. ¿Recuerdas ese pasaje de Elías? No estaba Dios en el viento impetuoso, ni en el terremoto, ni en el fuego, sólo en el susurro de una brisa el profeta pudo percibir a Dios (1Re 19, 11-13). De igual manera el Dios que podía hacer algo por Rafael no estaba en los santuarios, ni en los santos milagreros, para mí estaba en el mismo Rafael. ¿Dónde estaba Dios cuando crucificaron a Jesús? ¿En los verdugos o en la víctima? Él sigue haciéndose presente en todas las víctimas de la historia. También en este caso. Estuvo en la silla de ruedas de Rafaelito y no supimos verlo. Hablábamos con un Dios lejano y, sin embargo, estaba tan cercano...

La vida no es ni justa ni injusta, es la vida y nada más. La justicia es una cualidad humana. Pero el propósito de la vida, su final, su sentido, está en manos del Dios de Jesús. Por eso hoy no me cabe pensar otra cosa sino que Rafael vive con la vida que Dios nos dio a todos en el Resucitado. En eso creo, por eso espero y gracias a eso tiene sentido amar a pesar del dolor que procura todo amor verdadero. Y la justicia es la tarea de quien ama, de quien ha vislumbrado al Dios todo-misericordioso. Nada más y nada menos.

Nos veremos, Rafael, no te quepa duda. Mientras tanto, ayúdanos a entender y apreciar la vida.

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