"El explorador había regresado junto a los suyos, que estaban ansiosos por saberlo todo acerca del Amazonas. Pero, ¿cómo podía él expresar con palabras la sensación que había inundado su corazón cuando contempló aquellas flores de sobrecogedora belleza y escuchó los sonidos nocturnos de la selva? ¿Cómo comunicar lo que sintió en su corazón cuando se dio cuenta del peligro de las fieras o cuando conducía su canoa por las inciertas aguas del río? Y les dijo: "Id y descubridlo vosotros mismos. Nada puede sustituir al riesgo y la experiencia personales". Pero, para orientarles, les hizo un mapa del Amazonas.
Ellos tomaron el mapa y lo colocaron en el Ayuntamiento. E hicieron copias de él para cada uno. Y todo el que tenía una copia se consideraba un experto en el Amazonas, pues ¿no conocía acaso cada vuelta y cada recodo del río, y cuán ancho y profundo era, y dónde había rápidos y dónde se hallaban las cascadas?
El explorador lamentó toda su vida haber hecho aquel mapa. Habría sido preferible no haberlo hecho."
(A. de Mello, "El canto del pájaro")
Qué quieres que te diga, a mí, a veces, me da la impresión de que vivimos "vidas prestadas". Tiene uno conversaciones en que parece que todos damos lecciones sobre cómo vivir sin haber vivido realmente. Hablamos de amistad sin habernos atrevido a ser verdaderamente amigos, como mucho hemos buscado "tener" amigos, pero no tanto "ser" amigos. Lo demás lo hemos aprendido mirando los mapas que otros escribieron para nosotros. Para qué hablar del amor de pareja, parece una meta imposible que sea algo fundamental, permanente, nos han explicado que es que el amor se acaba, se agota y que hay que buscar nuevas experiencias, pero después ¿qué queda? La sensación de haber seguido una pista equivocada, no nos atrevimos a dar el salto verdadero hacia la otra persona y al final, estamos solos con un mapa inútil entre las manos. ¿El trabajo? No es ya para realizarse, para sentir que desarrollas una capacidad tuya, que prestas un servicio, has de hacerlo rápido, competitivo y, eso sí, exclusivamente por dinero. Vivido así es un castigo y no un derecho. Pero es lo que nos dijeron, para eso nos prepararon, para ser competitivos y no para realizarnos.
No sé, quizá sueño, pero creo que vivir es otra cosa de lo que dicen los mapas y otra cosa que seguir mapas. Quizá vivir sea explorar la vida por ti mismo y atreverte a buscar la Verdad, esa que dicen que es relativa o que no existe. Quizá vivir sea no conformarse, no anquilosarse y no seguir lo que está de moda, lo que se lleva, lo que se piensa. Atreverse a pensar por sí mismo, a explorar un mundo lleno de posibilidades (¿no es eso ser scout?). Vivir el riesgo de ser vulnerable, se acertar o equivocarse, de tener y ser amigos, de confiar, de ser leal, de experimentar la pérdida y el consuelo, de esperar y perdonar, así como de pedir perdón. E igualmente con todo lo que la vida nos pone por delante. ¿Tú qué crees?
Ahí está la diferencia entre ser libre o ser libremente un esclavo. En el fondo es el dilema radical de todo ser humano. Sin embargo uno no es esclavo sometiendo su destino a cualquier clase de "mapa". Si uno es consecuente, consciente, razonable y escoge de manera racional ese "mapa", eso sí es una manifestación de la libertad de uno. El problema es cuando escogemos nuestro rumbo de manera arbitraria al tuntún, sin razón aparente, por ser el rumbo de la mayoría. La masa es el problema.
ResponderEliminarUn saludo,