Veintisiete de mayo de dos mil siete. Domingo de Pentecostés, la Iglesia recuerda y revive aquel acontecimiento extraño y especial en que aquel grupo de seguidores llamados apóstoles, se sienten inundados de una luz y una fuerza desconocidas hasta entonces. Algo que les hace capaces de hablar cuando antes habían callado, de anunciar verdades que a veces son molestas, de transmitir esperanzas añoradas y alumbrar un horizonte distinto para quienes se atrevan a confiar.
Algunos aprovechan el día para comer y beber sin mesura (entre otras cosas) con ocasión de la romería del Rocío, no soy capaz de pensar que están dando culto a Dios ni expresando devoción a la Virgen con eso, pero seguro que alguno pensará otra cosa.
Día de elecciones por toda España. Tras una campaña sembrada de actitudes muy mejorables, por ser suave. Lo más curioso es esa máquina demagógica puesta en marcha por algunos según la cual el rival es además el enemigo, y ya se sabe, al enemigo ni agua. O ese decir, nosotros nunca insultaremos a los cobardes e imbéciles de nuestros rivales políticos. Espero que capten la ironía.
Y así sucesivamente. Observando desde cierto punto de vista se ven claras esas actitudes, junto con la desigualdad que se da en lo medios para la campaña, unos tienen un verdadero imperio mediático a su disposición para crear la realidad y enmascarar lo que conviene, radio, prensa, televisión, "trolls" en internet, otros sólo los minutos preceptivos que cada medio tiene asignado para entrevistas, publicidad y debates. Nada de esto pasa desapercibido a quien quiera verlo.
Pero hoy es el día en que todos ganan las elecciones, pase lo que pase, todos habrán ganado algo y, seguramente, sus contrarios habrán sido vergonzosamente derrotados y harían bien en cambiar de actitud y acudir sumisos a ellos.
No sé, pero yo creía y creo que en democracia no es de recibo decir "fulanito es un gran profesional y una buena persona, pero desde que he visto que se presenta el partido tal, ya no es todas esas cosas". Me parece que las opciones ideológicas y políticas no son criterio para enjuiciar la bondad o maldad de nadie, sólo lo que hace, si lo hace bien o mal, sólo lo que dice, si sus palabras son verdaderas o mendaces, etc.
Negar el saludo o lo que es de ley al advesario político no es digno de un sistema basado en la ley y el derecho, de un sistema de libertades. Utilizar las instituciones de todos como una extensión del propio partido o contra las opciones de una parte de los ciudadanos es, igualmente, una inmoralidad y un comportamiento ilegítimo.
Ojalá el día de hoy ayude a reconducir las actitudes y el Espíritu ilumine las conciencias.
Ojalá el día de hoy ayude a reconducir las actitudes y el Espíritu ilumine las conciencias.
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