17 mayo 2021

Wokismo


 

Andaba yo leyendo una entrevista en Niusdiario a Peter Boghossian, miembro de Ateos por la Libertad y experto en ateísmo, pensamiento crítico, pedagogía, escepticismo científico y el método socrático. Muchas “expertitudes” me parecen, pero bueno. Me llamó la atención el análisis que hace de algo que se ha dado en llamar con el consiguiente anglicismo, la cultura “woke”, “un término que define a alguien con un nivel de conciencia social propio de un millenial que se precie. Es decir, alguien que se informa y se interesa sobre problemáticas sociales de actualidad. Un ‘woke’ del más alto nivel no duda en aliarse a causas, incluso cuando éstas no le afectan en lo más mínimo. Según el Urban Dictionary ser woke significa estar al tanto, saber lo que ocurre en la comunidad”, pero esto, que suena bien, ha dado a luz una superioridad moral que no admite discusiones y ha generado un nuevo puritanismo extremista de lo más estrafalario.

El mencionado autor explica que entre los nuevos defensores de la “justicia social”, se utilizan términos atractivos a gran parte de la sociedad, “tomemos la palabra inclusión, por ejemplo. Suena bien, ¿no? ¿Quién no iba a querer un entorno inclusivo? Inclusión significa “acogedor”. Pero puede ser que haya personas que se sientan ofendidas por lo que pueda decir alguien. Y si la gente se siente ofendida, entonces no se sentirá acogida. Así que para evitar que la gente se sienta ofendida, hay que poner barreras al entorno en el que se quiere ser inclusivo. Y así, al final, un entorno inclusivo significa la introducción de restricciones, o sea, que no haya libertad de expresión, que no haya debates ni diálogos abiertos.” O sea, que va a resultar que “inclusión” es excluir a todo el que no piense, sienta y hable según la nueva ortodoxia. Bonito futuro se presenta.

Así, en un curioso giro de los acontecimientos, hay universidades americanas en busca de “espacios seguros” para los grupos sociales “menos privilegiados”, ya sea por género o raza. El resultado es que esos espacios son o sólo para mujeres o para afroamericanos (lo que viene siendo gente de color negro para ser más políticamente incorrecto). Resulta que ahora la segregación por género o raza está bien si son ellos los que la proponen y justifican, los concienciados o “woke”. Je.

¿De dónde sale esta gente? Paradójicamente de los centros de pensamiento, Boghossian comenta: “La gente inteligente cree en cosas raras porque el hecho de que sean listos significa que son buenos racionalizando cosas. Pero pueden razonar para acabar justificando una conclusión errónea.” Y refiriéndose al fenómeno en los Estados Unidos dice que las universidades han sido tomadas por una ideología parasitaria. Es una ideología que ha parasitado el liberalismo. Y ahora ya es la ortodoxia moral en las universidades. (…) La gran mayoría de los profesores universitarios, especialmente de humanidades se identifican como liberales de izquierdas. El sistema universitario se ha deshecho de forma sistemática, primero, de los conservadores, luego de los liberales y luego de los llamados 'moderados'. Las humanidades viven en una cámara de resonancia en la que sólo se hablan a sí mismos. Y ven la universidad como un centro de adoctrinamiento ideológico”. Aquí las cosas no son muy diferentes si lo analizamos bien y si lo son, ya acabaremos copiando el fenómeno. Quizá esto explique el auge de ciertos extremismos políticos de moda. Ya saben.

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