«En épocas turbias, de incertidumbre y transición, aparecen siempre y por doquier gentes de medio pelo. No hablo de los llamados "progresistas", de los que siempre se dan más prisa que los demás (tal es su afán cardinal), cuyos propósitos, aunque a menudo descabellados, están más o menos definidos. No. Hablo sólo de la canalla. En todo periodo de transición surge esa canalla de la que ninguna sociedad está libre, y surge no sólo para sembrar con ahínco la inquietud y la impaciencia. Y, sin embargo, esa canalla, sin advertirlo siquiera, cae casi siempre bajo el caudillaje de un puñado de "progresistas", que ya sí obran con un propósito definido, y son los que llevan a ese hato de truhanes a donde les da la gana, si es que ese puñado de "progresistas" no es también un puñado de sandios, lo que, por otra parte, sucede más de una vez».
F. M. Dostoyevski. Los demonios (Besy, 1871-1872). Madrid: Alianza, 2003; dos volúmenes, 869 pp.; col. El libro de bolsillo; trad. de Juan López Morillas; ISBN: 84-206-3783-1.
Tomado de aquí, por supuesto.
Casualidad, también lo posteé yo, referido de otro blog hace mucho tiempo: supongo que esto corre como los virus; aunque algunos no pongan la referencia, sabemos que en España no todos leen a Dostoievski
ResponderEliminarGracias por comentar, Ignacio. No se me ocurre nada que añadir a la reflexión sobre la canalla que hace Dostoyevski. Sólo que tiene razón, que la chusma existe y los aprovechados también.
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