07 septiembre 2009

Solidaridad en tiempos de crisis

Con esto de la crisis pasa lo de siempre, la padecen de forma especial los mismos. Si embargo, hay veces en que suceden cosas que te conmueven. El domingo una encargada de Cáritas contaba las dificultades para atender la demanda creciente y los problemas con algunos inmigrantes, a la vez que pedía un carrito de bebé para una familia magrebí. Por otra parte contaba emocionada que una señora que venía de trabajar les había entregado el jornal que había ganado esa mañana limpiando por las casas. Y es que aunque han aumentado las necesidades, la gente ha respondido y también han aumentado los recursos, lo que habla bien del nivel de solidaridad en este campo.
Otro caso que provoca conmoción es el de una familia en la que el marido está enfermo, esperando operación y están bajo embargo de los sueldos por deudas, ella estaba trabajando y se le acabó en contrato, puede que en dos meses vuelva a trabajar, es un trabajo de media jornada limpiando, pero era un alivio en la escasez. Una compañera de trabajo ha renunciado durante dos meses a ocho horas semanales que echaba aparte de su trabajo a media jornada, para dejárselas a ella durante esos dos meses para que vaya capeando en temporal.
Y seguro que hay muchos más gestos desapercibidos que están ayudando a quienes menos tienen y gran parte de ellos salen también de los que menos tienen, paradojicamente y para confusión de los que creen saberlo todo.
Resulta fácil hablar de la caridad que uno haría con los bienes ajenos, pero lo que cambia la historia es lo que hace con los bienes propios e incluyo entre ellos el tiempo que le dedicamos a los demás.

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