Una bitácora personal e intransferible. Me permitan decir que soy dueño de lo que digo, no de lo que la gente entiende.
30 septiembre 2008
La tertulias y el fondo
27 septiembre 2008
Mentiras arriesgadas
25 septiembre 2008
Persecuciones en la India
(Mar Velasco/La Razón) "Los del VHP (Vishwa Hindú
Parishad, el partido más radical del Gobierno) acusaron a los
cristianos de la muerte de un líder extremista hindú en el estado de
Orissa el pasado mes de agosto", relata. "En realidad, los autores del
asesinato han sido los miembros de una secta maoísta, pero lo hemos
pagado los cristianos", explica.
"Nos acusan de proselitismo", asegura la hermana María.
"¡Pero si todos nuestros enfermos son de otras religiones, sólo un uno
por ciento es católico; si incluso el otro día en nuestro dispensario
atendí a uno de los terroristas!", se lamenta. "La misma noche del
asesinato, lanzaron un mensaje en el que decían que nos iban a eliminar
en dos días", recuerda. "La amenaza se extendió como la pólvora y las
hermanas de Orissa tuvieron que salir corriendo y refugiarse en la
jungla. A algunas no les dio tiempo ni de ponerse el hábito", relata.
"Rodearon los conventos y les prendieron fuego. Una de ellas pudo
llamar por el móvil a la casa regional: `¡Nos van a matar!´, decía.
Mientras, los fanáticos rompían los crucifijos, los hospitales y
dispensarios, y dispersaban a los enfermos. A otras hermanas que iban
con cuatro bebés en un tren les dijeron que habían bautizado a los
niños y les empezaron a pegar. ¡Pero si jamás bautizamos a un niño
porque no sabemos qué religión profesarán sus padres adoptivos!",
explica. "Se hizo un llamamiento a todas las casas para que hiciéramos
todo el día, por turno, hermanas y enfermos, adoración eucarística. Era
la única manera de pararlo". La secta maoísta confesó, pero los ataques
no cesan. "No tengo miedo. El martirio es una forma de dar testimonio
de nuestra fe. Y, a pesar de todo, tenemos que aprender a perdonar y
seguir viviendo", concluye.
"¡Padre, quieren quemarme viva..!"
En su camino de destrucción, los fanáticos hindúes dieron con un orfanato regentado por el padre Edward Sequeira.
Le ataron, le torturaron durante más de una hora, le encerraron en su
habitación y le prendieron fuego. Milagrosamente, el padre Edward logró salvarse encerrándose en el baño y respirando por una rendija. Antes de perder el sentido, oyó los gritos de Rajni Majhi,
una joven que le ayudaba a cuidar a los demás niños, que había sido
arrojada a las llamas. Rajni murió carbonizada. El padre Edward no
puede reprimir las lágrimas: "Todavía oigo en la cabeza sus gritos:
`¡Padre, quieren quemarme viva!´ Luego perdí la conciencia... Su muerte
es la herida más profunda de todas las que tengo", relata a Asianews.
El padre Edward, que se recupera en un hospital de Bombay, ha pedido
sanciones para los terroristas.
23 septiembre 2008
14 septiembre 2008
El discreto encanto del nazismo: el aborto.
03 septiembre 2008
Conversión
Joe Eszterhas
Eszterhas se hizo millonario por escribir los guiones de películas taquilleras como Basic Instinct, Showgirls y Jagged Edge, todas conocidas por su explícito contenido sexual. Además fue editor de la revista Rolling Stone.
El escritor, nacido en 1944, creció en campos de refugiados en Hungría después de la Segunda Guerra Mundial hasta que llegó con su familia a Cleveland, Estados Unidos. Trabajó como reportero de noticias policiales, cubriendo incontables tiroteos y peleas urbanas.
En ese tiempo, sostiene que su vida era muy oscura, llena de muerte, asesinatos, crímenes y caos, lo que marcó su posterior carrera de guionista.
En el verano del año 2001, Eszterhas fue diagnosticado con cáncer de garganta. Debió someterse a una delicada cirugía y recibió la orden médica de dejar el alcohol y el tabaco. Eszterhas tenía 56 años, siempre tuvo un estilo de vida alocado y sabía que cambiar sus hábitos no sería fácil.
Un día, que Eszterhas describe como "infernalmente caluroso", estaba caminando por la calle cuando se dio cuenta que su vida había tocado fondo.
"Me estaba volviendo loco. Estaba muy nervioso. Temblaba. No tenía paciencia para nada. Cada terminación nerviosa demandaba un trago y un cigarrillo", recuerda.
Se sentó en el piso, comenzó a llorar y de repente comenzó a rezar. "Por favor, Dios, ayúdame", dijo.
En ese momento, se dio cuenta de que no rezaba desde niño. "No podía creer lo que había dicho. No supe por qué lo había dicho. Nunca antes lo había dicho", recuerda.
Inmediatamente, Eszterhas se sintió sobrecogido por un sentimiento de paz y se acabaron sus temblores. En ese momento, tal como le ocurrió a Saulo camino a Damasco, vio "una luz brillante, deslumbrante, casi cegadora que me hizo cubrir mis ojos con las manos".
Para Eszterhas, esta experiencia fue determinante. Pasó de dudar sobre poder vivir sin tabaco ni alcohol, a saber que podía vencerse a sí mismo y triunfar.
En ese momento comenzó su camino de regreso a la Iglesia pero el escándalo sexual que afectó duramente a los católicos en Estados Unidos se convirtió en un escollo para terminar su retorno. Por eso optó por asistir a servicios no denominacionales, pero finalmente se convenció de que no podía dejar de ser católico.
"La Eucaristía y la presencia del cuerpo y sangre de Cristo está en mi mente y es una experiencia sobrecogedora. La Comunión es poderosa y es casi un sentimiento celestial", afirma.
Aún ahora recibe ofertas para escribir guiones sobre temas siniestros. Sin embargo, asegura que ha "gastado mucha vida explorando el lado oscuro de la humanidad y no quiero regresar a eso nunca más".
"Mi vida cambió desde que Dios entró a mi corazón. No me interesa la oscuridad. Tengo cuatro hijos hermosos, una esposa a la que adoro, adoro estar vivo y gozo de cada momento de mi vida. Mi visión se ha iluminado y no quiero regresar a ese lugar oscuro".
En el último año, los médicos le dieron de alta y asegura que ha vencido al cáncer gracias a lo que él considera un milagro. Éste es el motivo por el cual escribió su nuevo libro titulado "Crossbearer: A memoir of faith" (Portador de Cruz: Un recuerdo de fe), para dar gracias a Dios y contarle al mundo lo que Él hizo en su vida.
02 septiembre 2008
La televisión
"En mi casa hay un agradable salón comedor. Me siento tranquilamente, voy cogiendo una postura
cómoda y enciendo un cigarrillo; sí, lo sé, debería dejar de fumar.
Abro los ojos. Una quiceañera se echa a la calle y se dedica a la prostitución, dos cincuentones
la solicitan ansiosos. A alguien le han dado un navajazo y tiene la cuchilla metida hasta el mango,
se ha caído al suelo, la sangre le brota a borbotones, un "cabeza-rapada" le da una
patada en la cara. Empieza a babear saliva espumosa. Se oyen sirenas que se acercan y un frenazo
chirría sobre el pavimento. En el último piso están torturando a un desgraciado, los secuestradores
le amenazan con risotadas ficticias y con precisas corrientes eléctricas. Los alaridos de la
victima se oyen por la ventana. Apago mi cigarrillo y me sirvo un coñac.
Un helicóptero vigila las carreteras, pero en la semioscuridad del anochecer acaba estrellándose
contra unas chimeneas abandonadas. La explosión despide a sus ocupantes hechos dos antorchas de
fuego. Un coche que huye a ciento ochenta se sale de la calzada, y se incrusta contra una viga que
lo atraviesa hasta el maletero, los cuerpos de sus ocupantes están despedazados. Una mujer comparte
una rayita de coca con su acompañante, comienza la diversión, al momento se revuelcan sobre la
cama. Enciendo un segundo cigarrillo (con lo malo que es para el resfriado...).
Disparos de ametralladora atraviesan el pecho del mercenario a sueldo y comienza a desangrarse
colgado de una alambrada de espinos. Dos jóvenes bailan en la discoteca, acaban de conocerse, poco
más tarde retozan desnudos en el asiento de atrás del coche. Dos matones acechan a un peatón, de un
tiro le destrozan la cabeza, los sesos desparramados saltan hacia mí, me encojo ante las
salpicaduras. Un violador amordaza a su víctima y consuma su agresión. Un ladronzuelo huye por el
tejado de la casa de enfrente, resbala y cae estrellándose contra la acera. Un amante entra en la
casa, se despoja del traje de calle y aprovechan que el marido de ella no está. Un drogadicto
agoniza caído de bruces contra el Water de la gasolinera. Una alumna suspendida y rechazada por su
joven profesor se ha ahorcado en la cocina. Con silenciador y puntería, han reventado a un
homosexual en el pasillo.
En el salón-comedor apago la colilla y vacío lo que me queda del coñac, no pasa nada, sólo
estoy viendo la tele."
(Adaptado de un artículo de la revista "Vida Nueva").