04 agosto 2008

Negocio de muerte: el aborto en España.

No he podido resistir la tentación de traer aquí el artículo de Forum Libertas titulado "Aborto, delitos y El País", me parece que lo deja muy, muy clarito. Lean, lean.



El pasado domingo, El País adoctrinaba una vez más desde un editorial de título confuso, pero de intención y desarrollo claro: “Aborto desfasado”.

Su contenido no era presentar el aborto como una realidad desfasada para una sociedad que quiera progresar en todos los ámbitos (también en el de su humanización) sino que centraba su discurso en cargarse en nombre de la protección a la mujer la actual legislación, que despenaliza tres supuestos.

Su frase final no tenía desperdicio:

lacuestión es si las mujeres españolas pueden seguir sometidas a una ley
que aún permitiéndoles abortar lo hacen con unas tutelas y con un coste
cada vez menos asumible
”.

Es fastuoso.

Ni una sola referencia al hecho de que España se haya convertido en el emporio de la práctica masiva del aborto ilegal.

Ni una sola consideración sobre la realidad de que aquí vienen –ahora menos por el caso Morín- mujeres de países donde existe la ley de plazos, que ahora se vende como panacea. Multitud de francesas, holandesas, danesas, vienen a España.

La pregunta es por qué vienen si en sus países se puede abortar durante las 12, 14 y en Holanda las 24 primeras semanas. Las italianas, otro grupo numeroso tienen una ley de plazos de 90 días, y a pesar de ello constituyen un flujo de clientas considerable, al igual que las francesas.

La razón de estos desplazamientos y los costes que comportan es, simplemente, que aquí se aborta con independencia de la semana de embarazo y con cualquier motivo, porque aquí políticamente -y El País colabora en ello- se protege un negocio que se lucra con esta horrible tarea: la de matar a los seres humanos en el vientre materno, porque España es el único país de Occidente donde el aborto es libre, ilegal, pero libre.

El problema de este país no es disponer de una ley de plazos, sino de algo más elemental, del cumplimiento de la ley. Con su línea editorial, El País lo único que hace es fomentar la impunidad ante este tipo de delitos.

¿De qué servirá una ley que diga que solo se puede abortar hasta la semana 12, si después las clínicas continúan practicando como hasta ahora el aborto libre, y nadie, absolutamente nadie, ni gobiernos, ni jueces ni fiscales se dedican a controlarlo?

Como hasta ahora, se falsearán los datos para demostrar que solamente eran 12 semanas; como hasta ahora se emitirán informes falsos; como hasta ahora se manipularán las ecografías: como hasta ahora se dictaminarán enfermedades imaginarias que para nada ponen en riesgo la vida de la mujer.

Evidentemente el aborto está desfasado pero no por la legislación española, que en definitiva es la misma que existe en el Reino Unido y en Finlandia, que no son países particularmente retrógrados, sino porque la ciencia tiene unos mejores conocimientos que han permitido determinar que el aborto comporta un riesgo importante para la salud de la madre, especialmente la psíquica.

Toda aquella teoría de que un embarazo no deseado podía provocar un trauma permanente a la mujer, ha pasado a la historia. Lo que puede dejarla afectada para siempre, es precisamente lo que se promueve, el aborto.

Como siempre detrás de las afirmaciones favorables a este tipo de práctica, impera el oscurantismo, y la ausencia de un principio de racionalidad. Cuando la mujer queda embarazada, todo su cuerpo, su unidad biológica y psíquica es preparado para este proceso. La interrupción traumática del mismo significa un acto contra la propia naturaleza de la mujer, y esto evidentemente tiene consecuencias negativas para ella.

También ahora la medicina perinatal permite considerar que un ser humano no nacido es viable a partir de la semana 21-22. Esto sólo ya debería representar un corte riguroso para aquellos que defienden el aborto, porque ahí ya no hay feto, ya no hay aborto, hay en todo caso,
infanticidio.

Así mismo los datos nos muestran las temibles consecuencias económicas y sociales de esta lacra. España, que se va hundiendo en la crisis demográfica, sacrifica ya a 1 de cada 5 nacimientos. En la próxima década lo hará en la proporción de 1 a 3. Esto significa una sangría económica extraordinaria que castigará con fuerza a partir del 2020 y sobre todo a partir del 2030.

Significa una pérdida de renta y de ingresos de la Seguridad Social, que no pueden ser compensados por la inmigración. El aborto empobrece al país, como se muestra en este estudio de marzo de 2008 del Instituto del Capital Social de la Universidad Abat Oliba .

La cuestión de fondo es esta: si el aborto daña a la mujer, impide la vida al no-nacido, y es perjudicial para el desarrollo económico del país ¿por qué se defiende y se promueve en lugar de educar y preparar para convertir esta sociedad en una comunidad humanizada, solidaria y capaz de generar vida?

¿Alguien puede creer seriamente que los hombres y mujeres de una sociedad como la nuestra, que cada vez aceptan y practican en mayor medida la muerte del hijo concebido por razones de comodidad, de oportunidad, económicas, después se manifestarán con actitudes solidarias y un punto
sacrificadas hacia terceras personas a las que nada les une, excepto que necesitan de su ayuda?

El aborto consolida el individualismo y el egoísmo más acérrimo como cultura de una sociedad. Y en nuestro caso, además, cultiva el fraude de ley. El País, contribuye esforzadamente a todo ello.

2 comentarios:

  1. Anónimo3:21 p. m.

    http://hartosdezporky.blogspot.com/2008/08/difndelo-el-aborto-en-espaa.html

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  2. Gracias, acuso recibo del vídeo, es estremecedor.

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