En el blog "Al margen de los días", leo una interesante reflexión sobre el progreso y una cita de Pascal que no me resisto a copiar aquí. Enrique Baltanás, el autor del blog, comienza haciendo el siguiente planteamiento.
"La Religión Oficial de la Modernidad (ROM) nos manda que creamos ciegamente en el Progreso. Así, quien no se considere progresista será un bicho raro, un hombre a redropelo y a contracorriente, un iluso y un obtuso.
Pero en el progreso no hace falta creer, porque, sencillamente, es una evidencia. Enfermedades que no se curaban, ahora se curan; distancias que exigían meses, ahora se recorren en horas, etc.
Pero el único progreso evidente, innegable, es el progreso material. En lo moral, el hombre sigue como al principio de los tiempos. Las guerras, los crímenes, las crueldades, la estupidez o la locura, ahí siguen, quizás más atroces porque disponen de más medios."
Me trae la memoria a la inefable Isabel Gemio, oráculo del progresismo politicamente correcto, en un programa nocturno de Radio Nacional que se llamó algo así como "Hablemos de amor" (años 90, antes del deleznable "Lo que necesitas es amor"). Era vomitivo por buenista y relativista. Un día se escandalizaba sobre conductas que a su juicio eran inasumibles en "pleno siglo XX". "Cómo, a estas alturas de la historia, puede pasar eso", bramaba en justa cólera. Daban ganas de gritarle "es la condición humana, estúpida". No hay "memoria histórica", o "memoria genética" que nos dote desde el nacimiento con el acervo de experiencia y moralidad que nos impida repetir los errores a los que se enfrenta cada aventura humana, cada individuo. Pero el mundo "buenista" y politicamente correcto no lo entiende, ni parece ir camino de entenderlo.
Por ello no puedo menos que estar de acuerdo con la cita de Pascal (s. XVII) que sugiere el blog antes citado, es terrible, pero es así.
"Las invenciones de los hombres van avanzando de siglo en siglo. La bondad y la malicia del mundo son, en general, las mismas." (Pascal, s. XVII)
Pero en el progreso no hace falta creer, porque, sencillamente, es una evidencia. Enfermedades que no se curaban, ahora se curan; distancias que exigían meses, ahora se recorren en horas, etc.
Pero el único progreso evidente, innegable, es el progreso material. En lo moral, el hombre sigue como al principio de los tiempos. Las guerras, los crímenes, las crueldades, la estupidez o la locura, ahí siguen, quizás más atroces porque disponen de más medios."
Me trae la memoria a la inefable Isabel Gemio, oráculo del progresismo politicamente correcto, en un programa nocturno de Radio Nacional que se llamó algo así como "Hablemos de amor" (años 90, antes del deleznable "Lo que necesitas es amor"). Era vomitivo por buenista y relativista. Un día se escandalizaba sobre conductas que a su juicio eran inasumibles en "pleno siglo XX". "Cómo, a estas alturas de la historia, puede pasar eso", bramaba en justa cólera. Daban ganas de gritarle "es la condición humana, estúpida". No hay "memoria histórica", o "memoria genética" que nos dote desde el nacimiento con el acervo de experiencia y moralidad que nos impida repetir los errores a los que se enfrenta cada aventura humana, cada individuo. Pero el mundo "buenista" y politicamente correcto no lo entiende, ni parece ir camino de entenderlo.
Por ello no puedo menos que estar de acuerdo con la cita de Pascal (s. XVII) que sugiere el blog antes citado, es terrible, pero es así.
"Las invenciones de los hombres van avanzando de siglo en siglo. La bondad y la malicia del mundo son, en general, las mismas." (Pascal, s. XVII)
Vaya frase¡
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