Chesterton señalaba, frente a todas las proclamaciones sobre la necesidad de educar bien los niños, que la verdadera necesidad es la de educar bien a los adultos: la nota titulada Salvar a los niños apunta en esa dirección. Otro texto sobre lo mismo es este: «la falacia de moda consiste en afirmar que, por medio de la educación, podemos dar a la gente algo que nosotros no tenemos» (Lo que está mal en el mundo).
En realidad, lo primero que es necesario aclarar es de qué hablamos cuando hablamos de educación: a mí me parecen claras las observaciones de Robert Spaemann recogidas en La educación, un efecto secundario. Chesterton lo dice así: «El punto principal acerca de la educación es que no existe tal cosa. No existe como existen la teología o el arte militar (o como existen disciplinas acerca de cosas definidas). La educación es una palabra como “transmisión” o “herencia”; no es un objeto sino un método. Debe querer significar el traspaso de ciertos hechos, criterios o calidades al último recién nacido. Pueden ser los hechos más triviales o los criterios más absurdos o las calidades más ofensivas, pero si son entregadas de una generación a otra, son educación. (...) La educación es dar algo, aunque sea veneno. La educación es tradición y la tradición (como su nombre lo implica) puede ser traición». (Lo que está mal en el mundo)
Y esto último es más cierto hoy que nunca porque «en los tiempos modernos se ha producido un gran aumento de esa clase de educación que puede imponer el ignorante, y una gran disminución de la clase de instrucción que solamente los instruidos pueden impartir. El político que se limita a declarar que tantos miles de determinadas obras deben ser distribuidas en tales o cuales escuelas, es un ignorante en sentido exacto. El labrador que enseña a su hijo cómo debe usar la podadora es, en ese sentido exacto, un hombre instruido». (Maestro de ceremonias)
Demasiados ignorantes hay hoy en el poder y legislando estupideces como esa EpC con el que aspiran a cambiar los valores, criterios y formas de ser de la gente a su imagen y semejanza. Como ya dije hace algunos artículos, nos gobiernan (y nos gobernarán) los imbéciles.
http://www.magisnet.com/noticia/6581/INFORMACION/nuevos-recortes-salariales-funcionarios-docentes-presupuestos.htm
ResponderEliminarMe decía un amigo, maestro de primaria, que en todas las campañas los políticos recalcan la importancia de la educación y su firme compromiso con el sistema educativo. Luego, cuando llegan al poder, o se olvidan o "paren" normas de las escuelas de pedagogía más fracasadas que se conoce pero políticamente correcta.
ResponderEliminarY la dotación económica y remuneración de los profesionales del ramo un timo habitualmente.
Pero les pagamos los libros y los padres tan contentos.
Populismo de un gobierno de imbéciles.