07 noviembre 2024

El gobierno de los idiotas...

Repasando artículos anteriores, vuelvo a encontrar este análisis certero que complementaría el anterior artículo. ¿Por qué estamos como estamos?

"Creo que cada vez es más cierta la aseveración de Nicolae Steinhardt que en un alarde de optimismo antropológico explicó los «...tres fenómenos de nuestro tiempo: la invasión vertical de los bárbaros (...), el reino de los imbéciles, la traición de los hombres honrados.

  • El primero: no es una invasión de bárbaros de otros continentes, sino de sinvergüenzas, una invasión de abajo a arriba. Estos bárbaros ocupan los cargos directivos.
  • El segundo: los estúpidos y los incultos han llegado al poder —en el sentido más categórico— y, a pesar de todas las leyes económicas y de todas las reglas políticas, hacen majaderías, como idiotas que son.
  • El tercero: en lugar de oponerse, la gente honrada adopta expectativas benévolas, hacen como que no ven y como que no oyen; en resumidas cuentas, son unos traidores. No cumplen con su deber. Los imparciales y los ingenuos toman nota y callan. Son los más culpables»."

Tengo la tentación de hacer alguna apostilla sobre como esto puede pasar también en otras instituciones (la Iglesia por ejemplo), no sólo en gobiernos políticos. Pero mejor dejo que ustedes le den una vuelta al tema y saquen sus propias conclusiones.

05 noviembre 2024

El gobierno de los incompetentes.

Empieza a ser palmaria la sensación de que no estamos en las mejores manos. Hace tranquilamente veinticinco o treinta años, un amigo mío, a la sazón director de un par de empresas y ex-empleado de banca, quiso hacer sus pinitos en política. Empezó a participar en reuniones del partido político de referencia entre el mundo progre, porque él siempre ha sido muy progresista en cuanto a las ideas. Y muy racional y de seguir las normas. Y ahí fue donde empezó su "caída del caballo". Resulta que las propuestas que se hacían sobre temas de los que él entendía por formación y experiencia, eran puros disparates y era imposible hacerles entender que las cosas no funcionan así. Después de varias reuniones en esa línea, desistió.

Otro amigo, ingeniero de "puertos y canales" que se decía antes y con amplia experiencia nacional e internacional, también del mismo sesgo, contaba que le habían encargado un proyecto para resolver el suministro de agua en cierta zona de la sierra cordobesa. Hizo un proyecto técnico y cuando lo presentó a los alcaldes, decidieron que así no, que había que hacerlo de otra manera, que no era una solución técnica, sino política que, en el fondo, no era una verdadera solución a largo plazo. Algo desencantado lo notaba.

El peligro de la incompentecia

Digo esto porque tengo la impresión de que nuestros gobernantes han llegado ahí no por ser los mejores gestores y tener amplia experiencia en la solución de problemas comunes, sino por mera profesionalización de la política. Son políticos profesionales y pocos de ellos buenos profesionales en la gestión de nada en realidad. Y de aquellos polvos, estos lodos, podemos decir.

Pasa a todos los niveles, sube no el más preparado sino el que sabe trepar mejor y con menos escrúpulos. Si además es inteligente y sabe lo que le conviene, busca gente con experiencia y sabiduría para que gestione. Si no, que suele ser lo más frecuente, pone a amigos y afiliados tan inútiles como él para que no le hagan sombra o porque les debe algún favor, y los perjudicados somos todos los demás.

Esto, unido al miserable trapicheo político y la manía tan nuestra de buscar primero los culpables y luego ya si eso, las soluciones, explican el problema en la respuesta ante la tragedia de Valencia. Una parte es imprevisión, otra incompetencia y politiqueo. Sumemos a los periodistas, cada cual con su sesgo, hurgando en el barro para subir en audiencias y tenemos la tormenta perfecta. 

Lo triste es que esto, a veces, también sucede en los gobiernos de las diócesis, aunque misericordiosamente no queramos verlo. Resulta decepcionante y difícil de creer, pero ante lo obvio hay que rendirse.

Bueno, decía Chesterton que «Todos los hombres de la historia que han hecho algo con el futuro tenían los ojos fijos en el pasado». Luego están los soberbios, los que no aprenden ni del pasado, ni del presente. Ya lo saben todo, se me ocurre pensar.

Saludos si has leído hasta aquí.

01 noviembre 2024

Es mediodía, de Paul Claudel.

Es mediodía. Veo la iglesia abierta. Tienes que entrar.
Madre de Jesucristo, no he venido a rezar.

No tengo nada que ofrecer ni nada que pedir.
He venido sólo para mirarte, Madre.
A mirarte, a llorar de felicidad, a saber
Que soy tu hijo y que estás aquí.
Sólo por un momento mientras todo se detiene.
Mediodía.
Estar contigo, María, en este lugar donde estás.
Sin decir nada, mirándote a la cara,
Dejar que el corazón cante en su propio idioma.
No decir nada, sólo cantar
Porque tu corazón está demasiado lleno,
Como el mirlo que sigue su idea
En este tipo de versos repentinos.
Porque eres hermosa, porque eres inmaculada,
Mujer en Gracia restaurada al fin,
La criatura en su primer honor
Y en su florecimiento final,
Como vino de Dios en la mañana
En su esplendor original.
Inefablemente intacta porque eres
La Madre de Jesucristo,
Que es la verdad en tus brazos, y la única esperanza
Y el único fruto.
Porque eres la mujer
El Edén de la antigua ternura olvidada,
Cuya mirada encuentra de pronto el corazón y hace brotar
Las lágrimas acumuladas,
Porque me salvaste, porque salvaste a Francia,
Porque ella también, como yo, era para ti algo en lo que pensar,
Porque cuando todo se resquebrajaba, fue cuando interviniste,
Porque salvaste a Francia una vez más,
Porque es mediodía,
Porque hoy es el día,
Porque estás aquí para siempre,
Simplemente porque eres María,
Simplemente porque existes,
Madre de Jesucristo, ¡gracias!

Paul Claudel

 

Il est midi. Je vois l’église ouverte. Il faut entrer.
Mère de Jésus-Christ, je ne viens pas prier.
Je n’ai rien à offrir et rien à demander.
Je viens seulement, Mère, pour vous regarder.
Vous regarder, pleurer de bonheur, savoir cela
Que je suis votre fils et que vous êtes là.
Rien que pour un moment pendant que tout s’arrête.
Midi !
Etre avec vous, Marie, en ce lieu où vous êtes.
Ne rien dire, regarder votre visage,
Laisser le cœur chanter dans son propre langage.
Ne rien dire, mais seulement chanter
Parce qu’on a le coeur trop plein,
Comme le merle qui suit son idée
En ces espèces de couplets soudains.
Parce que vous êtes belle, parce que vous êtes immaculée,
La femme dans la Grâce enfin restituée,
La créature dans son honneur premier
Et dans son épanouissement final,
Telle qu’elle est sortie de Dieu au matin
De sa splendeur originale.
Intacte ineffablement parce que vous êtes
La Mère de Jésus-Christ,
Qui est la vérité entre vos bras, et la seule espérance
Et le seul fruit.
Parce que vous êtes la femme,
L’Eden de l’ancienne tendresse oubliée,
Dont le regard trouve le coeur tout à coup et fait jaillir
Les larmes accumulées,
Parce que vous m’avez sauvé, parce que vous avez sauvé la France,
Parce qu’elle aussi, comme moi, pour vous fut cette chose à laquelle on pense,
Parce qu’à l’heure où tout craquait, c’est alors que vous êtes intervenue,
Parce que vous avez sauvé la France une fois de plus,
Parce qu’il est midi,
Parce que nous sommes en ce jour d’aujourd’hui,
Parce que vous êtes là pour toujours,
Simplement parce que vous êtes Marie,
Simplement parce que vous existez,
Mère de Jésus-Christ, soyez remerciée !

30 octubre 2024

Me queda la palabra

 Me queda la palabra


Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Me queda la palabra
Blas de Otero

28 octubre 2024

El síndrome de Procusto

 El síndrome hace referencia a una incapacidad absoluta para reconocer las opiniones, capacidades o idiosincrasia de los demás, cuando éstas suponen destacar.

Lo cierto es que la mayoría ligamos la acción de destacar con la excelencia. (...) En el fondo, el acto de destacar es arbitrario; puede estar motivado por una gran variedad de acciones, pero todas tienen algo en común: el brillo que emana de la persona sobresaliente. 

Bajo esa atmósfera reluciente, apreciar el éxito ajeno se convierte en una inspiración hacia el desarrollo de algunas personas. Sin embargo, para los descendientes de Procusto, se trata de una amenaza a la que reaccionan a golpe de sierra, recortando cualquier atisbo de excelencia como quien poda las malas hierbas que han crecido demasiado alto para que todo el paisaje luzca idéntico, camuflando así su propia mediocridad.


Se trata de una lucha primitiva por ser el líder de la manada, pero sin una recompensa más allá de la confortable mediocridad. Si nadie es más inteligente que tú, no tienes que esforzarte por aprender. Si nadie incorpora opiniones diversas al discurso colectivo, no tienes que esforzarte por rebatirlas con argumentos sesgados.

El artículo completo en: Ethic

El mito de Procusto y sus variantes actuales.

 

27 octubre 2024

Dios y el sufrimiento (Más notas)

 «Dios no nos salva del sufrimiento, sino que está en el sufrimiento; no nos protege de la muerte, sino que está en la muerte. No nos libera de la cruz, sino que está en la cruz». 

Este pensamiento de D. Bonhoeffer, cuestiona la habitual mirada a Dios como salvavidas y protector de males con que, demasiadas veces, el creyente se enfrenta al sufrimiento en su vida. Utilizar a Dios como chivo expiatorio cuando llega el dolor, el culpable por acción o por omisión del dolor que se sufre en carne propia o que sufre el prójimo es de lo más habitual y fuente de creyentes decepcionados. Buscaban otra cosa en su relación con Dios y resulta que no lo encontraron. Suelo decir que dichas actitudes surgen de no haber entendido el misterio de la cruz (comprensible por lo de misterio, pero incomprensible por lo que supone provocación para pensar a Dios desde lo que él nos muestra), de mirar a Dios desde los "preconceptos" y desde una idea que no nace de la revelación sino del propio raciocinio que cree en algo porque algo tiene que haber.

Bonhoeffer rechaza la idea del Dios tapa agujeros tan frecuente en mucha de la feligresía católica actual. Cuesta mostrar al Dios con-sufriente del que habla y que se revela en el calvario, así muchos de los discursos sobre el dolor y el sufrimiento hechos desde el púlpito suena falsos y manidos por exceso o por defecto. Hay que intimar con ese Dios crucificado, creer y obedecer. O, en sus propias palabras, “Sólo el creyente es obediente, y sólo el obediente cree. Es un grave atentado a la fidelidad bíblica tomar la primera frase sin la segunda”

El verso “Los cristianos están con Dios en su pasión” lo repite D. Bonhoeffer, citando ‘¿No habéis sido capaces de velar conmigo ni una hora?’, y añadiendo: “Esto es lo opuesto de todo aquello que el hombre religioso espera de Dios. El hombre está llamado a con-sufrir en el sufrimiento de Dios por razón del mundo sin Dios”.

Bueno, estas frases para ir un poco más allá de lo expuesto en anterior artículo , hay mucha bibliografía disponible y no puedo hacer ahora una tesina, pero hay quien la tiene hecha. Lo dicho, comenten si les apetece.

Alguna para que puedan darle una vuelta: 

1.- Espiritualidad en el centro de la vida.

2.- Salvifici Doloris, S. JP II.

3.- Reflexión teológico-moral sobre el tema para una tesina, hay varias en el repositorio de Comillas muy interesantes.

24 octubre 2024

¿Dios sufre? (Notas)

Otra de las notas que tenía por ahí guardadas está esta sobre el sufrimiento de Dios. ¿Puede Dios sufrir sin dejar de ser Dios? El debate entre la fe y la razón para comprender esta parte del misterio del Dios cristiano sigue abierto porque cada generación, cada persona, tiene que enfrentarlo hasta llegar a resolverlo de la forma que sea. Permanecer en lo absurdo, aquel "credo quia absurdum" no es una salida, y la contraria, abandonar la fe es dejarse derrotar por un racionalismo insuficiente. Les ofrezco esta reflexión de M. A. Quintana para animarles a debatir, si quieren, en los comentarios. Están moderados, es decir, tengo que aprobar su publicación para filtrar la publicidad que se cuela en todas partes. Disculpen.

"Cuando surgió el cristianismo en el Imperio romano, una de sus mayores bazas (hablar de un Dios compasivo, que compartía el dolor humano) fue también rápido uno de sus talones de Aquiles: ¿cómo era posible que un Dios todopoderoso sufriera? 

Absurdo para un grecorromano.Este escollo fue inmediatamente aprovechado por los escritores paganos que se lanzaron a criticar a los cristianos. El Dios de Platón o Aristóteles, el Dios filosófico era todo Bien y estaba por tanto más allá de todo mal, incluido ese mal tan doloroso que es ponerse a sufrir.

¿Qué hicieron los cristianos ante tal reto? Existió, claro, la tentación de pasar por entero de la filosofía (¡todavía hoy existe!), decir que lo que predicaban era irracional y ya, refugiarse en una fe ilógica. Mas eso casaba mal con decir (con Jn 1,1) que Dios era el Logos. 

La solución de los Padres de la Iglesia es, por lo general, más razonada. Por una parte, cabía la posibilidad de insistir en que Cristo, que era Dios, padeció como humano que también era; pero que Dios mismo, como tal, quedaba libre de tan baja pasión, sufrir. Pero una respuesta más osada es, v.g., la de Gregorio Taumaturgo: Dios sufrió, mas eso no le rebaja, como cree el pagano. Los hombres están bajo el sufrimiento; el Dios pagano está aparte del sufrimiento; pero más excelente es el Dios cristiano que está por encima del sufrimiento. Dicho de otro modo, el Dios cristiano no necesita estar aparte del sufrimiento (como el Dios de los filósofos) para conservar su excelencia; más poderoso que eso es ser capaz de pasar por el dolor y, aun así, permanecer impasible y superior a todo lo creado, incluido el dolor.

Además, Dios no pierde por ello su omnipotencia porque fue Él quien decidió, libremente, padecer —a diferencia de los humanos, que no elegimos entre poder padecer o no, y a diferencia del Dios de los filósofos, que no puede elegir padecer, pues está forzado a ser inmutable—. De hecho, en el momento en que Dios crea a un ser libre, el hombre, que puede apartarse de Él pese a que Él lo ame infinitamente, ya ha elegido sufrir (cuando ese hombre le rechace), enojarse (cuando ese hombre le ofenda), alegrarse (cuando ese hombre le devuelva su amor)... Así, para san Gregorio Taumaturgo (s. III) y muchos tras él, cuando la Biblia habla de un Dios que goza (ante la vuelta del hijo pródigo v.g.) o se enoja (ante el pecado) o anhela (encontrar la oveja descarriada), no se trata de meras figuras literarias. Poseen verdad."

22 octubre 2024

¿Conoces algún psicópata? (Notas)

Bueno, entre las notas que tengo por ahí, estaba esta, una somera descripción del psicópata. Es mucho más complejo y largo, pero esta lista de frases ayuda a reconocer patrones de comportamiento que puedes tener u observar en otras personas. En el primer caso, conviene buscar ayuda y hacer examen de conciencia, en el segundo caso, ponte a cubierto del peligro. He puesto en negritas frases que me llaman especialmente la atención. 
  • El sello de los psicópatas es una impresionante falta de conciencia. La buena gente no suele sospechar de los demás: no pueden imaginarse al prójimo haciendo cosas que ellos son incapaces de hacer
  • Los psicópatas, con una total carencia de conciencia y sentimientos por los demás, toman lo que les apetece de la forma que les viene en gana, sin respeto por las normas sociales y sin el menor rastro de arrepentimiento o piedad.
  • La psicopatía es muy común en nuestra sociedad. Son personas auto centradas, insensibles, sin remordimientos y con una carencia total de empatía y capacidad para entablar relaciones emocionales con los demás.
  • Lo que le falta a estas personas es justo lo que nos permite vivir en armonía social. Tienen una profunda incapacidad para preocuparse por el dolor y el sufrimiento ajeno. Si se les pilla en una contradicción, ni se inmutan, simplemente cambian de tema.
  • Son sensibles a las cosas superficiales como la belleza y la fealdad. Los psicópatas son verdaderos expertos en distorsionar la realidad en su beneficio. Ellos siempre quedan bajo la mejor luz. Sus normas son estrategias para intentar a toda costa ser el número uno.
  • Parecen tan seguros de sí mismos a la hora de usar la terminología y los conceptos de cualquier cosa que cualquiera no familiarizado con lo que dicen queda inmediatamente impresionado.
  • Los psicópatas tienen una visión narcisista de la vida. Se creen seres superiores a los que se debiera permitir vivir según sus propias normas. Los psicópatas piensan que sus habilidades les permitirán alcanzar cualquier objetivo que se propongan.
  • Los psicópatas muestran una increíble falta de interés por los devastadores efectos que sus acciones tienen en los demás. No tienen sentimientos de culpa. No se arrepienten en absoluto de nada. Los sentimientos de los demás no son de su interés.
  • Los psicópatas ven a la gente como meros objetos que les pueden dar gratificaciones. El débil y el vulnerable son sus objetivos de explotación favoritos. • Para los psicópatas, no explotar las debilidades de los demás es de tontos.
  • Para un psicópata, su familia está a su servicio, si es necesario que se arruine para que él triunfe, lo ve como algo normal, algo que tiene que ser. Los psicópatas mienten sin problema ninguno, están orgullosos de su habilidad para mentir, les da igual ser pillados.
  • No tienen conciencia emocional de las cosas, por eso tiran para adelante, les da igual lo que suceda y a quién le suceda. El delincuente normal tiene un sistema de valores interno, aunque no sea el correcto. Si viola su sistema, se siente culpable. El psicópata no.
  • Los psicópatas no pasan mucho tiempo sopesando los pros y los contras de un curso de acción o considerando las posibles consecuencias. Lo hacen y listo. No modifican sus deseos, simplemente ignoran las necesidades de los demás.
  • Son incapaces de realizar algo en beneficio de otra persona. No muestran lealtad a grupos, códigos o principios más que a ser el número uno. Tienen una mente simple y superficial.
  • Valoran a la gente solo en función de si se doblegan a su voluntad o pueden ser coaccionados o manipulados para conseguir sus fines. Lo que los hace diferentes es la facilidad con la que mienten, la dominación del engaño en sus vidas y la insensibilidad con la que lo hacen.
  • Si tienes algún punto débil, el psicópata lo encontrará y lo explotará. Son niños egoístas y autoritarios que se creen omnipotentes. La intervención terapéutica tiene que darse en la infancia o no tendrá ningún efecto.
 Del libro Sin conciencia.