26 abril 2007

El centenario del Movimiento Scout

El escultismo fundado por Robert Baden Powell es una de las mayores aportaciones del siglo XX a la educación de niños y jóvenes. Ahora, con motivo del centenario de su fundación, se están celebrando actos por todas partes. Mientras tengo tiempo de hacer un comentario un poco más extendido, os dejo un vídeo de la OMS (Oficina Scout Mundial) conmemorativo del evento.

24 abril 2007

La necesidad de comunicarse.

Bueno, encuentro una noticia curiosa que me hace pensar. Un joven estadounidense cuelga un video de cuarenta y cinco segundos en Youtube ofreciéndose a escuchar a quien quiera llamarle para contarle sus problemas. En un sólo fin de semana recibe más de 5.000 comunicaciones entre llamadas y SMS. ¿Qué se te ocurre al saber la noticia? ¿Estamos más solos de lo que nos gustaría reconocer? Tal vez. Necesitamos superar la separación, ese estado de "separatidad" tan angustioso que describía Erich Fromm en su libro "El Arte de Amar", del modo que sea, aunque sea así. Basta que alguien nos ofrezca la oportunidad de hacerlo. O al menos eso parece dados los resultados.



19 abril 2007

Robert Baden Powell

Robert Stephenson Smyth Baden-Powell, Lord of Gilwell.
Es un largo nombre de un personaje que ha pasado a la historia como fundador del mayor movimiento juvenil del mundo. Algo que seguro que ni siquiera sospechó cuando defendía Mafeking en plena guerra de los Boer. Tengo que dedicarle un artículo un poco más largo, pero de momento, os dejo este vídeo.

16 abril 2007

Valores "tradicionales".

Si hace años me hubieran hablado de los valores "tradicionales", probablemente yo hubiera reaccionado ácidamente contra tal denominación. Quizá entonces yo ignoraba más de lo que ignoro ahora y era considerablemente más soberbio.
Leo a Juan Manuel de Prada en la edición digital de ABC de hoy lunes, un mordaz artículo sobre el tema en cuestión y no puedo menos que estar de acuerdo con él en lo fundamental:
"...«tradición», (...) significa «entrega» o «transmisión». No existen otros valores, en el estricto sentido de la palabra, sino los tradicionales, los que entregamos a quienes vienen detrás de nosotros como llave para interpretar la realidad, para responder a los retos que la realidad nos plantea. La educación, a fin de cuentas, es la expresión máxima de la tradición: el maestro entrega a su discípulo un criterio para enjuiciar la realidad, una estructura de valores y significados que lo protege de la intemperie. Sólo cuando al discípulo se le ha hecho esa entrega es posible acicatear su libertad de juicio, para que luego él pueda someter los valores que le han sido entregados a inquisición y controversia, incluso a negación; cuando, por el contrario, no se le entrega ningún criterio ni valor, o los que se le entregan son contradictorios, se le condena al caos y a la desorientación."
Creo que el análisis es certero en cuanto a los conceptos y a la situación actual. Mi experiencia es precisamente esa. Observo que hay generaciones de jóvenes que viven instaladas en ese caos y desorientación del que sólo parece sacarles el pensamiento politicamente correcto imperante, las "modas" de diverso signo o ni siquiera eso. Cuando la rebeldía adolescente carece de referentes, recae en actitudes destructivas o autodestructivas con demasiada facilidad. Sin valores recibidos que ayuden al individuo que empieza a ser sí mismo, a "triangular" su posición en el mundo, lo habitual es que el proyecto de vida haga aguas, naufrague y se estrelle contra un auténtico atolón de arrecifes distintos. El consumo de algún tipo de drogas (legales o ilegales), ciertas formas de violencia contra los demás (fanatismos deportivos, racismos, xenofobia, etc.), la búsqueda de relaciones de rápido consumo (sin compromiso, reducir la afectividad al revolcón), la autoadmiración obsesiva y la necesidad compulsiva de la aprobación ajena con las patologías asociadas, un pensamiento plano que esquiva cualquier pregunta que transcienda el aquí, el ahora y el yo, etc. No soy sociólogo ni psicólogo, ni he hecho estudios para hacer estas afirmaciones que pudieran resultar erróneas, pero veo algo de cada una de estas cosas en el ambiente de la gente joven y es triste observarlo.
Supongo que me pasa lo que a Prada, cuando sale el tema, me resulta indignante los corifeos del relativismo absurdo, los que piensan que no existe verdad o mentira, valor o contravalor, sino que todo es del color del cristal con que se mira. Esta especie de idiotas ha hecho un daño infinito a la sociedad y ahora estamos presos de las formas, pocos se atreven a defender que tal vez la búsqueda de la verdad y del valor es la más noble empresa del ser humano, y estos son escarnecidos por esa nueva inquisición que defiende que la única Verdad Absoluta es que la Verdad No Existe y que las cosas valen lo que te parezca a ti cuando te venga bien.

12 abril 2007

Integrismo lingüístico.

He encontrado este vídeo en Criterio, sobre el integrismo lingüístico en Cataluña. Es simplemente una reivindicación más o menos artística, del derecho a educar a los hijos en la lengua materna. No sé si resulta exagerado, pero es hermosa su factura y la canción llama la atención aunque no parezca tener demasiada relación con lo que se reivindica. Ustedes juzgarán.

07 abril 2007

El anuncio.

Resulta curioso como podemos hacer de lo más sublime lo más ridículo y de lo trágico un motivo de risa. Un anuncio de un sistema de limpieza de inodoros para sitios públicos, arranca una sonrisa aunque el tema que usa es el de la droga. Pero juzguen ustedes mismos:

Hoy es Sábado Santo.

Una vez escribí que la vida de las personas es como la de las piedras del río, los cantos rodados (ya, rolling stones), la vida va limando muchas aristas y a veces nos rompe y nos saca bordes cortantes. No sabría decir exactamente qué cosas ha limado la vida de mí, qué cosas han sido aprendizajes fruto del dolor, de la sabiduría, de la experiencia, o de esos encuentros extraños e inopinados con Dios que siempre te dejan un poco o un mucho tocado.
El caso es que a veces temo que el tiempo me haga complaciente con muchas de las cosas contra las que me rebelaba en el pasado. Hoy descubro que, al menos en una, no es así. La Semana Santa andaluza y sus procesiones es una de esas cosas que no consiguen convencerme. Las he vivido desde pequeño, he participado en ellas, pero desde que tengo conciencia de lo que significó la pasión, muerte y resurrección de Jesús, desde que tengo algo de conciencia del Evangelio, no he sido capaz de contemplar las procesiones sin cierto nivel de escándalo interior. Me recuerdo hace 12 o 14 años viendo el desfile de los "tronos" malagueños por la televisión y sintiéndome escandalizado, todo tan enorme, tan desmesurado. Las procesiones de aquí siguen pareciéndome lo mismo. Su hermosura, su exceso de plata y oro, música, olores y colores, desfiguran y traicionan lo que aspiran a representar. Un hombre destrozado, triturado, convertido en excusa para demostraciones de hombría de los costaleros, lucimiento de capataces y hermanos mayores, arranca aplausos emocionados de la multitud, en vez de arrancar lamentos y compasión. ¿Esto es lo único que se puede esperar? ¿Para esto fue sacrificado Jesús? ¿Para convertirlo en un hermoso espectáculo de masas que pedirán que el año siguiente sea mejor, más dorado, más pesado, más hermoso?
La mayoría entierra su sentimiento "estético-religioso" el Viernes Santo, para rescatarlo el Domingo de Ramos del año siguiente.
Pero hoy es Sábado Santo y la próxima madrugada la tierra va a romperse para que brote una luz de eternidad para todos aquellos que no nos conformamos, que seguimos esperando, aunque seamos cuatro raros que "no nos gustan los pasos", como suelen decir los capillitas de mi pueblo.
Que el acontecimiento nos encuentre en vela.
Feliz Pascua de Resurrección.

Consejos para padres.

Encuentro esto en el blog "Educar es Fácil", y no puedo menos que compartirlo con quienes se pasan de vez en cuando por aquí.

Consejos de un adolescente a sus padres:

  1. No me des siempre órdenes. Si me pidieras la cosas en vez de ordenármelas, yo las haría antes y de buena gana.
  2. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer. Mantén tu decisión.
  3. No me des todo lo que te pida. A veces pido para saber hasta donde puedes llegar.
  4. Cumple las promesas, tanto si son buenas como si son malas. Si me prometes un permiso, dámelo. Pero si es un castigo, también.
  5. No me compares con nadie, especialmente con mis hermanas o hermanos. Si me ensalzas, el otro va a sufrir, y si me consideras menos, quien sufre soy yo.
  6. Háblame a solas en positivo o en negativo según proceda.
  7. No me corrijas en público. No es necesario que todo el mundo se entere.
  8. Procura no gritarme. Te respeto menos cuando lo haces.
  9. Déjame valerme por mí. Si tú lo haces todo, nunca aprenderé. Hazme ver que me equivoqué sin humillarme demasiado.
  10. No mientas delante de mí. Tampoco pidas que yo mienta por ti, para sacarte de un apuro.
  11. Cuando haga algo malo no me exijas, otra cosa es procurarlo, que te explique por qué lo hice. A veces, ni yo mismo lo sé. Mas bien ayúdame a que me plantee la responsabilidad de lo hecho.
  12. Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá mi estima por ti, y yo aprenderé a admitir mis equivocaciones.
  13. No me pidas que haga una cosa que tú no haces. Aprenderé y haré, de ordinario, lo que tú hagas, aunque no lo digas, ni me lo pidas.
  14. Cuando trato de contarte un problema no me digas: “ahora no tengo tiempo para tus tonterías” o “eso no tiene importancia”. Trata de comprenderme y ayudarme.
  15. Quiéreme y dímelo. Me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas necesario o yo no te lo valore. Me agrada mucho. Y me sirve para mejora y para quereros más.
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