24 febrero 2012

Vive sencillamente...

Con objeto de invitar a la reflexión acerca de lo que significa “vivir la sencillez”, la campaña institucional 2011-12 de Cáritas propone un cambio de nuestros estilos de vida basado en el Decálogo de la Sencillez: 
1. Vivir la sencillez es no necesitar tener muchas cosas para ser feliz, no cayendo en el consumismo ni en las modas que nos obligan a comprar lo nuevo, lo último. 
 2. Vivir la sencillez es tener más alegría al dar, o al compartir, que al recibir, porque has descubierto el poder misterioso que tiene la palabra gratuidad. 
3. Vivir la sencillez es vaciar el corazón de todas las cosas innecesarias que lo ocupan, y llenarlo del tesoro de la amistad, de la cercanía y del encuentro humano con los demás. 
4. Vivir la sencillez es creer que tu valía y dignidad está en lo que eres como persona y no en lo que tienes o posición social que ocupas. 
5. Vivir la sencillez es solidarizarte con tantas hermanas y hermanos de tu familia humana que viven injustamente en la pobreza y necesidad, y te movilizas e implicas porque no quieres vivir mejor que ellos. 
6. Vivir la sencillez es poner tu confianza y seguridad no en el dinero o posesiones, sino en tus bienes espirituales, en tus convicciones y creencias, en tu Fe, en tus capacidades, en tu fuerza interior y en la de aquellos que te aman y aprecian. 
7. Vivir la sencillez es trabajar para vivir y no vivir para trabajar. 
8. Vivir la sencillez es disfrutar de los innumerables regalos que la vida, la Naturaleza, te ofrece constantemente cada día, y que pasan desapercibidos para la mayoría de gente. 
9. Vivir la sencillez es respetar y cuidar de la Naturaleza con tu forma de vivir, reciclando, reutilizando, reduciendo el consumo innecesario. 
10. Vivir la sencillez es utilizar tu dinero para que tú y tu familia podáis vivir con dignidad, y para que los demás también puedan vivir con dignidad si lo inviertes en banca ética y si te habitúas a exigir productos que provengan del comercio justo y del comercio local.

17 febrero 2012

La medida de los soberbios

A veces uno entra en debates en que lo que se juega no es tanto un intercambio de razones o planteamientos sobre tal o cual cosa, sino más bien la actitud con que se abordan determinadas cuestiones de difícil explicación. Y, claro, es un terreno resbaladizo pretender explicar eso de la "actitud" sin que alguien se sienta ofendido. Así que ustedes me van a permitir que les traiga a alguien con más autoridad que yo para iluminar este punto:

Sobre el "misterio de la Trinidad en la Unidad".

Partiendo del texto, intentaré mostrar que la dificultad que encuentran las palabras humanas al expresar ese misterio no es mayor que la que sentimos cuando queremos expresar en palabras humanas incluso esas cosas de la tierra de las que tenemos experiencia real, y cuya existencia no podemos negar porque las vemos a diario. Así que lo que nos toca a los hombres es usar de los misterios de la religión como hizo David: sencillamente, como un medio para imprimir en nuestro espíritu la grandeza inescrutable de Dios Todopoderoso. Los misterios de la religión se miden por cómo los soberbios intentan conciliarlos con su propia capacidad de comprensión, y por cómo los humildes los concilian con el poder de Dios. El humilde glorifica a Dios por ellos, el soberbio se levanta a sí mismo contra ellos.

[Beato] John Henry Newman Sermones parroquiales /4, Encuentro, Madrid, 2010, traducción de Víctor Garcia Ruiz, p. 298-99 
Gracias a "En Compostela".

08 febrero 2012

La falacia de la ventana rota

Es curioso como las cosas no siempre son lo que parecen. Pero ser objetivo es una tarea complicada si vivimos de consignas.

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