Sobre la frase de marras hay multitud de interpretaciones. La habitual es la de que el sentido común es el que permite reconocer las cosas como son sin llamarse a engaño por sesgos o ideologías.
Hasta que la ideología compra y prostituye el término. El otro día, en la tertulia de la radio, en COPE precisamente, el heredero (Alberto Herrera) comentaba a propósito de una actriz trans que había ganado un premio de algo que habría que dejar de añadir el término "trans" tras el de actriz, que es una mujer y ya está, "por sentido común".
Por sentido común no es una mujer, es un hombre que se siente, se viste y/o se ha operado para parecer una mujer, eso es lo más ajustado a la realidad. Te puede parecer bien, mal o mediopensionista, pero es lo real, lo demás es falacia. Y añadir "trans" nos permite a los demás no llamarnos a engaño.
Es lo que pasa cuando la ideología pretende suplantar lo real.
Ya que me pongo, hay un programa de radio que sigo desde que empezó en los años noventa. "No es un día cualquiera", puesto en marcha por Magín Revillo y continuado por Pepa Fernández. Un gran programa con cultura de la buena, increíbles comentaristas y contertulios y con un amor por el idioma inaudito. Siempre tienen un espacio para la RAE y la Fundeu para enriquecer el español y salir al paso de errores y neologismos. Un programa en el que se hablaba del latín en algunos momentos. A pesar de todo ese esfuerzo y pasión, y a pesar del criterio de la RAE al respecto, no han podido resistirse al estúpido desdoble de género que tantas frases absurdas nos está brindando.
Por cierto, hubo un periodo de tiempo en que Pepa pasó a las mañanas y lo dirigió Carles Mesa, lo convirtió en propaganda woke insufrible.
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