Para ampliar el artículo anterior me gustaría comentar alguna cosa de las que hoy andan en la palestra de los medios en boca de los voceros de costumbre y todos los ecos que la gente le hace.
Respecto a los demagogos que se mencionaban hay que decir que ante tales especialistas en la siembra de envidias, inquinas
y rencillas, de nada vale tener razón o la mera fuerza de los hechos. Importa
lo que hacen parecer y no lo que las cosas son. Hay dos debates en los que los
demagogos se están esmerando últimamente, uno es el del aborto. No importa que
la ciencia diga que el embrión es un ser humano, siempre habrá un demagogo de
guardia para reinterpretar y dar la vuelta al argumento para tener razón contra
la misma fuerza de los hechos y la realidad. La última aportación: eso es un feto
humano, pero no un ser humano. Ante tal majadería uno no sabe cómo reaccionar y
se le viene el adagio a la mente casi sin querer, sí, aquel adagio que dice,
“nunca discutas con un estúpido, te llevará a su terreno y te ganará por
experiencia”.
Luego está la siguiente falacia, nadie debe decir a la mujer
cuándo debe ser madre, lo cual está muy bien si no fuera porque el hijo/a ya
está en camino y no querer ser madre a esas alturas de la película implica
matar a ese hijo que ya es un ser humano independiente.
La tercera y no la
última falacia, es que los que insistimos en que no está bien quitar la vida a
un ser humano indefenso somos unos fundamentalistas católicos, unos ultras y
otras etiquetas usadas para demonizar al contrario y a fuerza de no tener
razones de peso descalificar al que disiente para desautorizar la disidencia y no tener que dar crédito a lo que dice el otro por muy
acertado que sea.
El otro debate es la reforma educativa. Digo que debe ser la
leche de buena y estupenda porque lo único malo que le encuentran es que
religión va a ser una asignatura normal, como matemáticas, dicen unos, como
plástica o educación física, dicen otros. Como debe ser en pura lógica
pedagógica y educativa, dicen los pocos cuyo sentido común y sensatez no ha
muerto aplastado por la demagogia partidista.
Es que no debe ser obligatoria…
grita el demagogo, es que no lo es, a ver quién ha sido obligado a elegirla.
Más bien parece que lo que quieren es obligar a que no se pueda elegir, somos
más libres eligiendo que prohibiendo la elección.
Es que la religión, la fe no
se puede evaluar… vale si creemos que la fe es sólo un sentimiento. Pero, ¿y la
historia de las creencias? ¿Y la de la formación de los libros que recogen los
principios de la fe? ¿Y los géneros literarios de los escritos bíblicos? ¿Y la
historia de la Iglesia, los movimientos monacales, el arte, la simbología, la
exégesis, las reformas, valores y
principios que introdujeron en el curso de la historia de la civilización
occidental…? No tienen ni idea de lo que es la asignatura, sólo saben que están
en contra, porque lo dicen los gritones de guardia, los que revuelven el río y
esperan ganar algo, los falaces y demagogos, esa ralea repugnante que se ha
instalado en tantas esferas de la opinión y la vida pública y pudre la
convivencia.
No sé, posiblemente la próxima reforma educativa no resuelva
todos los problemas que tiene la educación, son demasiados y arrancan desde muy
atrás, empiezan en el mismo hogar de los educandos, pero va a ser muy difícil
que empeore lo que hay hoy. Ya estamos los últimos y no es cuestión de dinero,
Finlandia, modelo en el que tantas veces nos miramos por la excelencia de sus
resultados educativos, invierte mucho menos que nosotros, y son los primeros de
una lista en la que estamos casi los últimos.
Pero claaaaro, el problema va a ser que la religión es asignatura normal,
como en casi toda Europa, va a ser eso, segurísimo...
La verdad es que tienes razón, si lo único ha debatir es la clase de religión y que puntúe, pues es que el resto es un texto impecable. En cuanto a la nueva campaña proabortista... un asco, nada más. Un abrazo
ResponderEliminarTe he dejado una cosita en mi blog, en forma de presente, espero que te guste. Un abrazo
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