"Puede que el anticatolicismo sea el último prejuicio aceptable en la sociedad actual, pero el escritor y periodista canadiense Michael Coren (...) no cree que se deba aceptar sin más. En su último libro “Why Catholics Are Right” (Por qué los católicos tienen razón) (McClelland and Stewart), analiza algunas de las críticas más comunes contra la Iglesia. Coren, nacido en una familia laica, de padre judío, se hizo católico después de haber cumplido los veinte años.
Ser judío le ha ayudado en su carrera, afirma, pero, como explicaba en la introducción de su libro, su fe católica le ha causado la pérdida de dos puestos de trabajo y muchas puertas cerradas en los medios de comunicación."
Resulta que hemos declarado la homofobia, el antisemitismo, los racismos y xenofobias varias, como algo inaceptable y cuando alguien se expresa en esos términos, se lo recriminamos y saltamos como resortes. Ahora si se expresa en términos de cristianofobia o catolicofobia, el aplauso de los exquisitos defensores de la corrección política es unánime. A esos extremos de estupidez hemos llegado.
Bueno, Rafael B. A estos extremos de estupidez, en todo caso, han llegado algunos. Tu, sin ir más lejos, no pareces dispuesto a compartir mesa con Dawkins a causa de su ateísmo militante.
ResponderEliminarPues eso... La estupidez, por el momento, es cosa de algunos.
Un abrazo
No des nada por supuesto, a lo mejor sí me gustaría sentarme con Dawkins, si no fuera por dos obstáculos: el idioma y el fastidio que provocan esos ateos que siempre están hablando de Dios. Por otra parte, sigo opinando que la estupidez es el privilegio de quienes aplauden un prejuicio para sentirse superiores a los demás, que es de lo que iba la cosa.
ResponderEliminarSalud.